La canciller mexicana, Alicia Bárcena, ha anunciado que el Gobierno enviará una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, para denunciar el asalto de Ecuador a la embajada de México en Quito el viernes pasado y la detención del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, que se encontraba refugiado desde diciembre pese a que el Gobierno mexicano le había concedido el asilo horas antes.
“Vamos a enviar una carta al secretario general de las Naciones Unidas para que se presente ante toda la membresía de las Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General”, ha adelantado la secretaria de Relaciones Exteriores en la conferencia matutina del Gobierno.
México también ha denunciado a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia por la irrupción en su sede diplomática en Quito, “agredir” a los funcionarios mexicanos y llevarse al exvicepresidente Jorge Glas. Además, su Cámara de Senadores ha condenado el allanamiento al considerar que “no solo violenta el derecho internacional, sino que contraviene la estrecha y larga amistad que ambos países han desarrollado a lo largo de casi dos siglos”.
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, ha reiterado que a la jefa de la misión diplomática de Ecuador en su país no se le pedirá que se vaya, enfatizando que México quiere calmar las tensiones. “No vamos a seguir la misma receta”, ha indicado Bárcena.
Glas, que cumplió más de cuatro años de prisión antes de ser liberado en 2022, ha alegado durante mucho tiempo que los cargos son por motivos políticos, una acusación que los fiscales niegan.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, no se ha referido directamente a la disputa con México este lunes, aunque sí ha señalado que “el Gobierno tiene una utopía que debería ser una realidad: una Ecuador sin impunidad, donde cada criminal sentenciado cumpla su condena en la cárcel, cueste lo que cueste”.
El exvicepresidente enfrenta cargos por supuesta malversación de fondos recaudados para ayudar en la reconstrucción de la provincia costera de Manabí después del devastador terremoto de 2016.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha tachado de “autoritario” el asalto a la embajada y ha afirmado que ni el dictador chileno Augusto Pinochet “se había atrevido” a un acto similar.
“Fue un acto autoritario, increíble, es malo a veces usar ejemplos, pero ni Pinochet, ni el temible Pinochet y otros se habían atrevido a eso, yo creo que están muy mal aconsejados los que tomaron esa decisión”, ha expresado el mandatario en sus primeras declaraciones a los medios.
López Obrador ha aseverado que “la mayoría” de la comunidad internacional está “apoyando a México”, porque fue una violación flagrante a la soberanía, al derecho de asilo y a las normas y leyes internacionales”.
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