El informe PISA, la prueba internacional sobre educación más conocida y reconocida del mundo, le ha vuelto a sacar los colores a México. La educación mexicana se mantiene, como desde hace 15 años, en el fondo de los miembros de la OCDE. Sobre una escala en la que la media es de 500 puntos, los alumnos mexicanos no han aprobado un solo examen: ni ciencias, lectura o matemáticas. Aunque, si comparamos los datos con otros países de Latinoamérica incluidos en el informe, México está por delante de Costa Rica, Colombia, Brasil y Perú en matemáticas. Ese es el último consuelo educativo.
El último informe PISA, un estudio que se presenta cada tres años, pone encima de la mesa un tema conocido: las carencias en la educación mexicana. Los adolescentes de México obtuvieron en las pruebas de ciencia cerca de 70 puntos menos que los alumnos de España y entre 20 y 60 puntos menos que los adolescentes de Chile y Uruguay. En cuanto a las pruebas de matemáticas, México reprobó con 408 puntos, mientras que los compañeros de Chile y Uruguay se adelantaron con 423 y 418 respectivamente. Pese a las malas calificaciones, México mejoró dos puntos en ciencia y cinco en matemáticas. En comprensión lectora cayó, sin embargo, un punto con respecto al año 2000. Con 423 puntos, los alumnos mexicanos quedaron 70 puntos por debajo de la media de la OCDE y sólo superó a Brasil y República Dominicana.
Pese a las malas calificaciones en ciencias, llama la atención un dato: los adolescentes mexicanos quieren ser científicos cuando sean mayores. Al menos un 41% de los consultados, esto es, la mayor proporción de estudiantes que tiene dicha expectativa entre los países OCDE. Teniendo en cuenta que sólo un 1% de ellos logra un rendimiento en ciencias aceptable y un 36% ni siquiera obtiene un nivel mínimo, se trata de una respuesta que sorprende al propio informe y así lo han destacado: “Los estudiantes en México declaran altos niveles de interés en ciencias comparados con sus pares en otros países OCDE. Sin embargo estas actitudes positivas están débilmente asociadas con el desempeño de los estudiantes en matemáticas”
México invierte 27.848 dólares en educar a cada estudiante de seis a 15 años, según los datos del estudio. Este nivel de gasto representa el 31% de la media de la OCDE. El PIB per cápita de México es de 17.315 dólares (datos de 2014), el 44% de la media del organismo. El informe señala que lo que México gasta en educación en relación con el PIB del país es más bajo que en muchos otros países de América Latina, como Costa Rica, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana y Perú. Pero más alto que Uruguay.
México destina el 5,2% del PIB al sistema de educación pública, según un estudio de la OCDE de 2015 que recoge datos de 2012. Es de los países que más dedican a esa partida de todos los que conforman el organismo, por delante de Alemania y España y muy similar al de Francia. Pero el 80% se emplea en pagar las nóminas de los maestros.
La directora del gabinete de la OCDE, Gabriela Ramos, lamentó que los resultados sean desde hace 15 años muy desfavorables para el país, que siga muy rezagado y que no haya presentado casi mejoras desde entonces. “Siempre fue decepcionante y sigue siéndolo. No es lo que los estudiantes de México merecen”, resumió en una entrevista al diario El Universal.
Con información de El País (Elena Reina)
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