Ante la indignación por la forma en que Estados Unidos ha tratado a los haitianos en busca de asilo, el Primer Ministro del país dijo que las desigualdades y el conflicto impulsan la migración, aunque no criticó directamente a Washington por el asunto.
“No deseamos desafiar el derecho de un estado soberano de controlar las fronteras de entrada a su territorio o regresar a su país de origen a quienes entran al país ilegalmente”, dijo el Primer Ministro Ariel Henry en un discurso por video durante la Asamblea General anual de líderes mundiales de la ONU.
Pero los “seres humanos, padres y madres que tienen hijos, siempre van a huir de la pobreza y el conflicto“. “La migración continuará mientras el planeta tenga áreas ricas cuando gran parte de la población mundial vive en la pobreza, incluso en la pobreza extrema, sin posibilidades de una vida mejor“.
Encima, “creemos que muchos países actualmente prósperos se construyeron debido a olas sucesivas de migrantes y refugiados“.
Henry habló en un momento en que el país se tambalea tras el asesinato de su Presidente, un sismo y la crisis de emigración – todo lo cual sucedió en los últimos tres meses. Y el Gobierno de Henry se encuentra en crisis de cara a las elecciones presidenciales y legislativas del 7 de noviembre.
Henry fue objeto de escrutinio del ahora ex fiscal jefe de Haití, quien este mes le pidió a un juez que acusara al Primer Ministro por el asesinato del 7 julio del Presidente Jovenel Moïse. El fiscal aseveró que Henry habló dos veces con un sospechoso clave horas después del homicidio.
Henry, quien afirma que lucha por llevar a los culpables ante la justicia, despidió la semana pasada al fiscal y al Ministro de justicia. Otro alto funcionario renunció y acusó al Primer Ministro de intentar obstruir la justicia.
Mientras tanto, confusión sobre las políticas inmigratorias de Estados Unidos y desinformación en redes sociales, alentó a miles de haitianos a ir a la frontera sur de Estados Unidos en meses recientes. Un enorme campo de refugiados – en gran parte conformado por haitianos, muchos de los cuales habían estado en México o en otros países latinoamericanos en años recientes – surgió en el pueblo de Del Río, Texas, llegando a su nivel máximo la semana pasada con 14 mil personas esperando poder entrar a Estados Unidos.
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