Minas en Coahuila: corrupción, pobreza y muerte

Los pobres en Coahuila, que son cientos de miles, o se van de mojados o trabajan en lo que sea, aún con la muerte como “prestación laboral”, que es el caso de los mineros.

Mala combinación es esta… minas, pobreza, muerte y políticos.

La corrupción está presente en los empresarios que se enriquecen a costa de mineros mal pagados y mandados a una muerte segura, y los políticos que se enredan con estos o se convierten en explotadores de minas.

Entre mafiosos

Se asocian los políticos enriquecidos en el gobierno con empresarios que ya ricos de explotar mineros pobres, quieren ser políticos. Un círculo vicioso entre mafiosos.

“Sórdido negocio” (miserable o sucio), así es calificado el ejercicio de muchos empresarios mineros, explotadores de concesiones y contratos, y claro, explotadores de niños y viejos mineros que por su pobreza extrema van a la muerte segura por unos míseros pesos y sin prestaciones sociales.

Los políticos

Los políticos todo lo pervierten para enriquecerse, y no son todos pero los hay en abundancia y de todos los colores partidarios.

Ven en las minas un negocio fácil, involucran al crimen y asustan a los pequeños mineros. Les cobran comisiones por regularizarlos ante el gobierno y cual coyotes les cobran por vender a la CFE su carbón de mala calidad (tierra y carbón quebrado, las vetas y tajos ya se acabaron en el 80% en la Cuenca de Sabinas).

Le escarban a minas abandonadas por improductivas y a pequeñas puntas de veta dejadas ahí ante derrumbes anteriores que costaron vidas cual efectos colaterales de la ambición y la deshumanización.

El carbón de calidad ya se acabó. Lo saben en la CFE, lo saben en el estado y en los municipios de la Carbonífera; lo saben los concesionarios, los contratantes y prestanombres.

Nada cambia

Un anuncio serio y puntual debe darse desde Palacio Nacional respecto de la realidad minera y carbonera en especial, aparejada de corrupción y muerte.

Se espera del presidente una rafia sanitaria, de fondo, total y para siempre, al enrarecido tema carbonero.

La pobreza del minero no debe contrastar con la riqueza infame del empresario de minas, mejores salarios y prestaciones sin excepción, deben ser la cara futura de los contratos mineros.

Los pocitos son tumbas potenciales e inhumanas estancias de empleo, su permanencia es reprochable y sancionable. Basta de evadir responsabilidades en los tres niveles de gobierno.

En Coahuila

En Coahuila la simbiosis criminal es evidente entre políticos, empresarios mineros, prestanombres, gobiernos, crimen organizado y proveedores. Todos usando la pobreza como gancho asesino.

La política sin escrúpulos debe quedar fuera de las minas y el carbón y ser relevada por la eficaz acción administrativa, de otra suerte, las tragedias seguirán.

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