Desde hace algunos años los acuerdos entre las bancadas partidarias, al interior del Congreso de la Unión, hicieron un poco más democrático el control de la presidencia de ambas cámaras (senadores y diputados).
Los grupos parlamentarios, vía sus coordinadores, se turnan las directivas, año con año (solo entre los partidos grandes, hasta ahora). Entonces hay alternancias directivas. Hoy, por ejemplo, el senado es presidido por el panista Roberto Gil Zuarth (ex secretario particular de Felipe Calderón durante su sexenio). La de los Diputados, es dirigida por José de Jesús Zambrano Grijalva (uno de los Chuchos, hegemonía de tribus en el PRD, ex presidente de ese partido).
Hay que decir que este extraño acuerdo, “facilita” los consensos en las reformas y leyes, que han de votar por comisiones unidas, en el pleno.
Toca el turno, según sus planes, al PAN en la de Diputados y al PRI en el Senado. Quién presida la de diputados contestará el 4to. Informe Presidencial, el 1 de septiembre próximo, por lo que de hoy a esa fecha habrá decisión cupular del nuevo presidente de la mesa directiva, y luego validado en votación abierta e individual del pleno camaral.
Por lo que toca al senado hubo un parche pactado, uno que abre una etapa atípica de “mini presidencias” ocasionales de seis meses. La primera empezando el día primero de septiembre, que tomará el PVEM en la persona de Pablo Escudero, quien preside la comisión anticorrupción en el senado.
En enero, habrá nueva directiva, el PRI la tomará, en mini estrategia, no tan clara. ¿Por qué cede el tricolor media presidencia a su aliado el Verde, por ser “fiel escudero”, en las reformas y en leyes controversiales, o en aras de los retos electorales en puerta (gubernaturas 2017, la presidencial y gubernaturas, en 2018)?