Una vez terminadas las campañas, siguen los acomodos a fin de apuntalar a la gente cercana de Riquelme, en la nueva administración, de una manera lejana a lo sutil, aunque esta nunca a sido la característica del gerente estatal.
PRIMER ACOMODO: Siguiendo la línea de restar importancia a una institución que destapó, en otros niveles verdaderos escándalos como el de la estafa maestra, Riquelme ha presentado una iniciativa a fin de reducir el número de comisionados del ICAI, de 5 a 3 miembros, aprovechando que dos de ellos terminan su encargo y hay una posición pendiente de nominar.
Es en breves palabras el equivalente a ir desapareciendo el mismo, de manera que sea a la larga absorbida por la plataforma nacional de transparencia, aunque pudiera ser una mala jugada, ya que se podría crear la coyuntura para destrabar documentos importantes como los papeles de la deuda de Coahuila, que ya no serían de interés local y por ende sin este control que hoy día es guardado con 19 candados y un nudo ciego.
Un tercer comisionado se uniría a Javier Diez de Urdanivia de Valle y Bertha Icela Mata Ortiz, para ese tema se especula que vaya a colocarse a un personaje cercano al lagunero para dejar su herencia de compromisos.
SEGUNDO ACOMODO: La marcha de las notorias se acerca, solamente que, con base a los compromisos de la alianza política con el PAN y el PRD, el reparto se va a complicar, porque en esos partidos hay tiradores para estas patentes de enriquecimiento seguro.
Al término de cada sexenio, la práctica de entregar las notarías por los servicios prestados o negociados en las campañas es un acto que sucede a escondidas, por ende, tiene su misterio.
Según la ley del notariado debe existir uno por cada 10 mil habitantes, pero en la práctica, cada gobernador ha ensanchado sus términos, hoy día cuando apenas se completan 3 millones 147 habitantes, ya existen 332 notarios con sus asegundes.
En efecto, de las 332 notarías públicas existentes en Coahuila, un total de 52 no se encuentran operando, 18 de ellas debido a que se encuentran acéfalas por el fallecimiento de sus titulares, y 34 porque cuentan con una licencia para no operar por tiempo indefinido.
Pronto correrá el desfile de los afortunados nuevos notarios que no importa que sumen más que habitantes, ya que lo primero es cumplir las promesas efectuadas. Haya cosa.
TERCER ACOMODO: Aun cuando las elecciones a la rectoría de la escuela de cuadros del PRI o Universidad de Coahuila serán hasta 2024, Riquelme va preparando el camino para que un tapado lagunero de nueva cuenta sea rector y para ello ya ordeno al guerrillero de banqueta que se dice mandar en la citada escuela, que modifique el estatuto universitario a fin de agregar la equidad de género, que podría resultar en la primera mujer en la rectoría y para ello ya se mueven las piezas desde Torreón con la coordinadora de aquella unidad. Dicen que habrá sorpresas e imposiciones.
CUARTO ACOMODO: En el poder judicial de Coahuila también hay dos huecos que dejaron los magistrados del sello de la “M”: Gabriel Aguillón y José Francisco Gómez, después de 15 añotes de disfrutar sin trabajar de esa acomodaticia plaza.
Se dice que provisionalmente se colocó a Griselda Elizalde y Gustavo Sergio López para dar formalidad a las resoluciones y evitar amparos, pero que una vez que pasaron las elecciones y previo dictamen desde la casa de sierra nevada, aparecerán los dos nuevos magistrados o magistradas, sobre todo se especula del grupo de las feminazis quienes fueron autoras de las leyes del moreirato que cerraron la pinza y blindaron la marca para la eternidad.
QUINTO ACOMODO: Sucederá en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Coahuila tras la renuncia de su titular y de quien se especula que pasará a ser magistrado. Esta comisión es fundamental sobre todo para vigilar el proceder de las autoridades en contra los ciudadanos y durante la función de Hugo Morales, varios cuerpos policiacos de esos a los que se les cambia el nombre a conveniencia, una vez que son señalados, recibieron sendas recomendaciones por violación a derechos humanos.
El presidente de la comisión dura en su encargo 6 años, por lo que esta renuncia resultara en un parteaguas entre un gobierno saliente y uno entrante y a su vez una prueba de la existencia o no del moreirato decadente. Válgame.