INCREÍBLE que un ministro de la Suprema corte de justicia de la nación y peor aún en su carácter de presidente le haga la pala al presidente de la República en su estrategia por desviar la atención sobre la situación del hijo incómodo.
El ministro Saldívar logró acaparar las noticias desviando la atención hacia su persona, al acusar a Felipe Calderón y Margarita Zavala de proteger a sus familiares y negar apoyo a la tragedia de los niños de la Guardería ABC.
Como era de esperarse, Margarita Zavala se le fue encima y lo que menos le dijo fue lacayo servilista al servicio de la presidencia de la República.
Lo que a los mexicanos nos queda claro es ver una Suprema Corte de Justicia entregada y servil, se supone que es la máxima autoridad a la que los mexicanos podemos acudir en defensa de nuestros derechos constitucionales y pues ya valió.
Otro tema que también sirvió para desviar la situación de corrupción familiar y la grave inseguridad en el país, fue el llamado de las autoridades del mas alto nivel en Estados Unidos en la figura del secretario de gabinete Antony Blinken hacia México por los asesinatos de periodistas.
Otra que igualmente se le fue encima al presidente López Obrador fue Denise Dresser, a quien López Obrador llamó traidora y de recibir dinero de los yanquis para desestabilizar el Gobierno de la 4T.
Denise le contestó: Si aplicamos la lógica presidencial, según la cual asistir a una embajada extranjera es suficiente para ser catalogado como “informante”, el presidente también lo es.
México se ve en un caldero hirviendo, la grave inseguridad en varios estados, los asesinatos de periodistas y la vida llena de lujos de José Ramón López Beltrán gracias a la aportación de favores desde la presidencia nacional, tienen ahogada la 4T.
En lo local parece que a los nuevos presidentes municipales del dieron un calmante de acción prolongada, no se les ve mas que pura lengua, reuniones y mas reuniones formaciones de consejos etc. Pero nada de sustancia.
Les falta sed y hambre política a los munícipes, de antemano se sabe que van entrando, pero un caballo o gallo ganador se ve inmediatamente, ya ni siquiera se habla de metas a 100 días.