Momento transicional

La elección del 1° de julio significó el detonador de la sólida conciencia cívica y la dignidad republicana que la ciudadanía mexicana ha alcanzado en este siglo 21, la sociedad manifestó su talento, por lo que es de esperarse que las autoridades electas se presenten como ejecutores fieles y escrupulosos del mandato de los ciudadanos, lo cual es un enorme desafío, desterrar la corrupción, asegurar la paz y la seguridad al país, garantizar empleos dignos y estudios a los jóvenes, garantizar pensiones dignas para los adultos mayores, quienes han entregado su vida al trabajo para sostener a los mexicanos jóvenes y que merecen vivir con la menor estrechez posible; poner fin a la impunidad de la clase política que se ha llenado los bolsillos con el dinero público son expectativas que se espera puedan cumplirse.

La desigualdad social es un monstruo que engulle a la población, sembrando hambre, pobreza, enfermedad, falta de educación y servicios públicos, de ahí la esperanza de que el nuevo gobierno tenga proyectos viables para aliviar esta epidemia, por ello y por el bien de todos primero los pobres, los olvidados.

Seis años son poco tiempo para reconstruir las ruinas y el desorden que sembraron los gobiernos del PRI y del PAN, pero la transición permite avizorar un futuro con calidad de vida para los mexicanos.

Por otro lado el país vive una transición que desde hace más de 2 décadas avanza sin pausa, se trata de la sociedad digital, la que genera opciones para mejorar el alcance, la calidad y cobertura de los servicios públicos, así como alternativas para gestionar la proveeduría de bienes y servicios privados. Aunque aún hay importantes segmentos sociales que se encuentran al margen de este conocimiento, incluso del acceso material a la oportunidad digital.

Los países líderes en el índice global de desarrollo en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) fueron: Corea del Sur, Dinamarca, Islandia, Reino Unido y Suecia. En todos los casos desarrollaron grandes esfuerzos en materia de conectividad, regulación, educación y desarrollo científico y tecnológico, orientados a tomar ventaja de la difusión de estas tecnologías en toda la sociedad; esos programas se han sostenido y mejorado a lo largo de los últimos 30 años. España es el país de Iberoamérica mejor colocado en el ranking en la posición 26. México aparece lejano en el sitio 95 a ese ritmo sería hasta 2025 que nuestro país podría alcanzar el 90 por ciento de cobertura, la que ya poseen los países líderes.

México debe estructurar políticas más agresivas que permitan avanzar en plazos más cortos a efecto de aprovechar a cabalidad las oportunidades que ofrece esta revolución digital; la tasa de crecimiento anual que actualmente se registra en México es de hecho superior a la que se necesitaría para alcanzar a España en 2030, por lo que podría preverse que en este aspecto México estará en los niveles del líder antes de finalizar ese periodo; sin embargo, se requiere sostener el esfuerzo y para ello sería esencial acercar las condiciones materiales de acceso a la población que aún se encuentra al margen, así como elevar la cantidad y calidad de los servicios de los que se disponen en la red para impulsar un “jalón de demanda” que retroalimente un círculo virtuoso de crecimiento del mercado, en el que la mayor demanda mejora la cantidad y calidad de la oferta donde ahora es insuficiente o no está presente.

Seguramente el aumento de la demanda y la disminución de precios en el sector de las telecomunicaciones, permitirá que la posición mexicana mejore. AMLO ha propuesto ampliar la cobertura de banda ancha para las zonas marginadas de México a precios accesibles y crear el Fondo de Cobertura Social de Banda Ancha e incentivar a los operadores a incrementar la cobertura mediante un uso más eficiente del espectro radioeléctrico. Hacia allá vamos.

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