Esta posición de la agencia se da tras conocerse lo que han calificado analistas como “el preocupante déficit público propuesto por el gobierno federal para el último año de su administración”, que según expertos de BBVA será el máximo desde 1990.
El economista de Bloomberg, Felipe Hernández, destacó que por muchos años el gobierno estuvo más preocupado por la sostenibilidad de sus finanzas públicas. Pero con esta propuesta, “aumenta el riesgo de una revisión en la nota soberana”.
Hernández estimó que las calificadoras esperarán a ver los planteamientos de los candidatos a la presidencia, antes de aplicar un recorte.
En el corto plazo todo parece manejable, pero hay una serie de necesidades insatisfechas, que debe proveer el gobierno y no tiene que ser de forma sostenible y responsable de lograrlo en un mediano plazo.
Es ahí donde creemos que el timing de mayor gasto y déficit fiscal no es congruente con lo observado en los años previos de esta administración, abundó.
De acuerdo con economistas de BBVA, un déficit público de 4.9% del PIB, como el que incluye el Paquete Económico para el 2024, resulta sorprendente en un contexto en el que la misma dependencia gubernamental estima que la economía mexicana crecerá por encima de su potencial, que está entre 2.4 y 2.6 por ciento.
“Esto implica una política fiscal procíclica que va en detrimento de la trayectoria de la deuda pública como porcentaje del PIB”.
En un análisis sostuvieron que en contraste, una política fiscal contracíclica (en la que se tendrían déficits públicos solamente cuando el crecimiento fuera mayor al potencial) promovería una mayor estabilidad en el cociente de deuda pública sobre PIB y podría dar mayor margen de maniobra en el futuro en caso de una caída significativa en los precios del petróleo.
Aparte, la directora de análisis económico y financiero en Banco Base, Gabriela Siller, el economista jefe para América Latina en Bank of America Securities, Carlos Capistrán y el economista de Bloomberg, Felipe Hernández, alertaron que una política fiscal expansiva, como la que se plantea, no es congruente con una economía sobrecalentada que crece encima de su potencial.
Lo anterior porque genera presiones adicionales en los precios y el Banco de México se verá obligado a “cargar con un mayor peso aplicando una política monetaria que se adecue a las nuevas condiciones macroeconómicas del país”, comentó Siller.
Capistrán resaltó que el gobierno presentó al Congreso un paquete que genera un deterioro significativamente mayor para las finanzas públicas del esperado.
Y pese a que una parte de ese gasto tiene como leyenda la palabra “inversión”, no podemos tener la certeza de que vayan a generar algún tipo de rendimiento, comentó.
Sobre el hecho de que por primera vez queda establecido en el Presupuesto la inyección que hará el gobierno al capital de Pemex, por 145,000 millones de pesos, Siller advirtió que no soluciona de fondo los problemas de la petrolera.
Si Pemex fuera una empresa privada habría tenido que vender activos no estratégicos para pagar parte de su deuda, habría tenido que reducir sus costos operativos y responder a los desastres ocurridos en el 2023”, señaló.
El Banxico tendrá que mantener tasas altas
De ser aprobado como está el Paquete Económico 2024, el Banco de México mantendrá tasas altas e incluso podría llevarlas por arriba de 11.25%, para tratar de enfriar las presiones al alza de la inflación, advirtió el economista jefe para México en Bank of America Securities, Carlos Capistrán.
La política fiscal expansiva actúa más rápido que la monetaria. Y lo que vemos ahora es un Banco de México tratando de desacelerar la inflación, usando la política monetaria y para el año próximo, el planteamiento recogido en el Paquete Económico es de una política fiscal que caminará al contrario, inyectando dinero a la economía para fomentar más crecimiento, explicó.
Esto implica que pudiera haber una mayor inflación que a su vez pone presiones para que Banxico deje las tasas altas por más tiempo.
Mantener tasas altas por más tiempo del esperado, terminará por afectar sectores como vivienda, a partir de crédito hipotecario más caro; impactará la venta de autos, por tasas más altas en el crédito automotriz; así como el consumo de bienes durables, como lavadoras y refrigeradores, detalló.
Mientras más tiempo permanezcan altas las tasas, representarán un mayor problema para deudores y para el gobierno que también es un deudor, asentó.
Cuando el gobierno expande su gasto en proyectos de infraestructura como el Tren Maya o la refinería, acelera la creación de empleo, la actividad económica local y continúa alimentando a demanda que ha sido uno de los motores para la inflación.
El experto destacó que como están presentándose los eventos, no se ve una coordinación. Por un lado, la economía sigue creciendo por arriba de su potencial, incentivada por el nearshoring y el mejor desempeño de Estados Unidos.
Adicionalmente la administración está avisando que va a acelerar el gasto en su último año de gobierno para impulsar sus proyectos de infraestructura, obras que poco tienen que ver con el nearshoring y no parecen generar un alto retorno.
Por otro lado, está Banxico queriendo parar el sobrecalentamiento de la economía a través de su política monetaria restrictiva. Porque mientras continúa acelerándose la generación de empleo local y la demanda, suben de nuevo las presiones para la inflación y orillan al banco a mantener las tasas altas.
El Economista