El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se convirtió en un partido de Estado, afirmó John Ackerman, en una de las interpretaciones que se hacen del Congreso Nacional del partido que se realizó este fin de semana.
El académico señala que serán ahora los mandatarios identificados con este partido los que “mandarán”.
Asegura que esto repite “uno de los peores vicios del viejo sistema del PRI-gobierno contra lo cual luchamos durante tantas décadas y que imaginamos haber derrotado en las históricas elecciones de 2018”.
También enfocó sus críticas a la extensión del plazo que se dio al presidente y secretaria general del partido, Mario Delgado y Citlalli Hernández, que permanecerán en el cargo hasta 2024, porque, argumenta, “jamás fueron electos por absolutamente nadie de la militancia y se han dedicado a dividir y violentar a las bases”.
Asegura que hubo un reparto mafioso de los cargos en el Comité Ejecutivo Nacional, lo que “constituye una indecencia inaceptable que no embona con los principios de la Cuarta Transformación”.
Enfoca gran parte de sus críticas a Rafael barajas, “El Fisgón”, y a Pedro Miguel, periodistas y parte de Morena, por recurrir a “insultos y regaños” a las personas que se mostraron inconformes durante la discusión sobre las reformas.
Resulta muy contradictorio, para decir lo menos, que las personas responsables por la FORMACION POLITICA del partido dieran un espectáculo de tan poca cultura política y limitada vocación democrática.
Ackerman dice que las reformas aprobadas a los documentos básicos “diluyen el carácter transformador y revolucionario del movimiento y garantizan la continuidad de una conducción autoritaria”.
Sostiene que la recuperación de la palabra “izquierda” en el Programa del Partido no cambia la situación en absoluto ya que, en los hechos, el carácter de izquierda del movimiento es cada día menos visible, dice.
Aristegui