Teresa Romero, mexicana de 60 años, cruzó la frontera de los Estados Unidos en 1980 como indocumentada, ella estudió administración en México y durante varias décadas trabajó en una oficina de abogados que ayudaban a los trabajadores con reclamos de compensación por accidentes de trabajo e inmigración y logró la ciudadanía norteamericana en 2002,
Romero está orgullosa de su herencia mexicana y zapoteca; como secretaria-tesorera y directora administrativa en la Unión de Trabajadores Campesinos (UFW, por sus siglas en inglés) durante nueve años ha supervisado las complejas operaciones de administración financiera, administrativa, reclutamiento de personal, recaudación de fondos y redes sociales; también se ha involucrado en las campañas de organización, negociación y administración de contratos, en asuntos legislativos, legales y extensas iniciativas internacionales, en Salinas, California, en donde se ubica la central de la UFW, ahí se encuentra la mayor concentración de campesinos bajo contrato de unión de los Estados Unidos.
A 56 años de su fundación la UFW es fruto de la lucha que inició el legendario líder de los agricultores inmigrantes, César Chávez que ayunó durante semanas para impulsar el histórico boicot nacional que se conoció como, “la Huelga de las uvas” en contra las ilegales condiciones de los trabajadores de la uva y por sus derechos laborales: “El liderazgo de Chávez fue decisivo para que el movimiento tomara fuerza”, aseguró Dolores Huerta una de las mujeres valientes que a lado de Chávez impulsó ese histórico movimiento y que fue cofundadora del sindicato UFW surgido a consecuencia de la huelga.
Teresa Romero será la dirigente de la UFW, la organización campesina más grande en Estados Unidos y primera mujer e inmigrante en liderar este sindicato dirigido a mejorar la vida de los trabajadores agrícolas como una organización legal que proporcionó capacitación sobre inmigración a casi 90 mil trabajadores agrícolas en California y Arizona en 2017.
Conviene destacar algunos de los logros de la UFW a favor de los trabajadores agrícolas, los salarios de estos trabajadores han aumentado en un promedio de 13.18 dólares por hora según datos federales, además el sindicato patrocinó una ley estatal que a partir de 2019, garantizará que a los trabajadores agrícolas de California se les pagarán horas extras después de trabajar más de ocho horas en un día, o 40 horas en una semana, aunque ahora afrontan el problema del remplazo generacional ya que los trabajadores envejecen y la política migratoria es más dura y dificulta la entrada de los jóvenes.
Gracias a las negociaciones del de los líderes de la UFW la lucha por protecciones laborales más estrictas para los trabajadores agrícolas en 2005 el entonces gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, anunció nuevas leyes para que los patrones proporcionen agua y sombra a las personas que sienten síntomas de insolación mientras trabajan, estas han sido normas significativas para proteger a los trabajadores agrícolas y de la construcción de California de las enfermedades y muertes relacionadas con el calor.
En Diciembre próximo Teresa Romero asumirá la dirección de la UFW en una coyuntura política sumamente adversa hacia los trabajadores migrantes, aún para los que han conseguido la ciudadanía y es que el endurecimiento del régimen de Trump hacia los inmigrantes, quien no reconoce los aportes de esa mano de obra, augura una situación cada vez más difícil para estos trabajadores.
Romero sabe que parte de su lucha será la defensa de los inmigrantes indígenas y de las mujeres que llegan a trabajar a los campos estadounidenses.