El debate acerca de la conveniencia o perjuicio de realizar las elecciones para la renovación del Congreso local y el próximo año las municipales, sigue en el ojo del huracán; la presidenta del Instituto Electoral de Coahuila insiste en que a pesar de la pandemia del Covid-19, forzosamente las elecciones deben realizarse este año 2020, olvida la señora de León que las leyes están el servicio de los ciudadanos y que cuando hay amenazas de vida o muerte, éstas simplemente se modifican, de ello hemos sido testigos en innumerables circunstancias.
La Secretaría Federal de Salud ha establecido la cuarentena como medida prioritaria de prevención del contagio del coronavirus, estamos en la fase 3, la cual se prevé que podría extenderse hasta el mes de septiembre, aunque ya no en confinamiento, el que está siendo levantado gradualmente de acuerdo a los contextos locales de las entidades federativas.
Es comprensible que la presidenta del IEC siga en apego a lo que dice la ley, mal haría en ofrecer opciones, se entiende que todo depende de la evolución de los contagios y del acatamiento de los coahuilenses de las medidas preventivas, que a veces parece que les valen y algunos hasta aseguran que el virus no existe y que es una patraña de los políticos.
Es probable que suceda lo que sostiene la presidenta del IEC, que las elecciones del Congreso local se realizarían en septiembre u octubre porque la ley no prevé la modificación o extensión de mandato, pero sería deseable ahorrar dinero y trasladar la elección al año entrante a fin de que coincida con las elecciones municipales y con las de 15 gubernaturas y de esa manera evitar el derroche financiero ahora que tantas urgencias económicas padece la nación debidas a la pandemia.
Por desgracia el INE no despierta, Lorenzo Córdova no ve para el norte. Atendiendo a la última resolución dictada en abril, el Consejo Electoral del INE determinó que una vez que se recuperen las condiciones de seguridad sanitaria y atendiendo a lo que establezca la Secretaría de Salud, se indicará la fecha de celebración de la jornada electoral y el emprendimiento de las actividades que deben acompañarla así como las de los organismos públicos implicados en el proceso.
Mientras lo anterior acontece, que parece que va para largo, el gobernador de Coahuila se da vuelo promoviendo al tricolor, quejándose y lloriqueando de que el gobierno federal está por ahogarlo suspendiéndole recursos, pese a que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha contribuido con Coahuila, sobre todo en la emergencia sanitaria, el ejecutivo local reclama con sus 7 homólogos más recursos económicos, los ciudadanos saben que es para pagar la mega deuda, esa sí que lo ahoga.
También está claro el tiradero que le dejaron sus 2 antecesores en materia de salud, hospitales sin terminar, en el cascarón, ahora el gobierno federal habilitó 2 nosocomios militares de espacialidades equipados con terapia intensiva.
La boa está reptando, es su trabajo y le enfurece verse acorralada porque con AMLO 110 mil adultos mayores de 68 y más de Coahuila reciben el apoyo económico de 2 mil 550 pesos bimestrales, además están los programas de estancias infantiles, el de Jóvenes Construyendo el Futuro, becas para estudiantes de educación media y superior, apoyos para madres solteras, las tandas para emprendedores y los programas de ayuda para pequeñas empresas, las que debido a la pandemia debieron cerrar, en fin el número de programas de apoyo para los más pobres es muy amplio.
Eso es lo que les duele a los opositores, tenemos un presidente que trabaja sin tregua y su principal ocupación es disminuir la terrible desigualdad social, heredada de sus antecesores. Vamos bien.