Como lo decía el poeta Francés reconocido por sus amargos tangos argentinos, Carlos Gardel “Por una cabeza, de un noble potrillo, que justo en la raya afloja al llegar, y que al regresar parece decir, no olvides hermano, voz sabés ¡No hay que jugar!” de nueva cuenta el recurrente candidato a la presidencia de México Andrés López, recae en sus infaltables borracheras pre electorales, intoxicado por el triunfalismo de decenas de encuestas que lo retratan como el seguro ganador, de nuevo abandona la vertical y sucumbe por entero a su eterna adolescencia. Con berrinches y desplantes, otra vez actúa contra si mismo, festejando por adelantado el triunfo que solo dan los únicos votos que cuentan, y que son los que se emiten al final de la campaña y no durante ella.
Todavía resuenan los rugidos de la bestia que nadie sabe quien soltó, y el candidato eterno, en lugar de asumir el honroso lugar del apóstol de la democracia, se adjudica el sitio del odiado dictador que en su huida preguntaba ¿Ahora quien va ha amarrar al tigre? En su osadía y en el lugar menos propicio, el candidato advierte un futuro desastroso si el no queda, olvidando que muchos consideran peligroso que alcance el dulce fruto de su obcecación. En su alegoría, sin darse cuenta amenaza en sus narices al gremio tenedor de la mayoría de nuestros recursos, y con la falta de gracia que le caracteriza, cuando el apasionamiento lo siega, hace gala de su ignorancia, demuestra que ha leído menos de lo que presume ha escrito, y con sus desplantes demuestra su intransigencia y carente autocontrol, luego le brota una soberbia descomunal y envuelto en su ego, levanta la espada sobre las cabezas en su auditorio, sepultando entre los resquicios de su escasa dignidad la mínima madurez, no para el máximo representante de nuestra patria, si no para un hombre de la edad que ostenta.
En los albores de la verdadera campaña, donde por fin se expondrán los proyectos e ideas con las que se pretende dar rumbo a la patria, el candidato de habla pausada se desnuda sin el menor pudor ante un grupo de periodistas, sin recato y tras su poca capacidad para confrontar sin agredir, contesta con los riñones a quienes lo cuestionan, sin matices advierte que cancelará las reformas educativa y energética, que cancelará el proyecto del nuevo aeropuerto, y remata desdeñosamente diciendo que desconfía de “La sociedad civil” fallando a la mínima compostura política, asumiéndose superior a los agentes de la sociedad organizada sin vínculos con el gobierno, demostrando un engolamiento pernicioso y recordándonos a quienes le consideran proclive al estilo de lideres de la izquierda sudamericana como: Castro, Chávez, La Kirchner, o el nefasto Evo Morales.
Para rematar, con gala de frivolidad, trata a los miembros de la American Chamber México como quien cocorea a un niño, con falsa modestia presume su celestial humildad, mencionando que venderá el avión presidencial pues es ¡Una fantochería! Y en seguida, cuando le pregunta la entrevistadora ¿Cómo llegaría a una reunión en la ONU en vuelos comerciales? ¿Qué hará si el vuelo se retrasa como es costumbre? Y sin reparo, haciendo gala de comediante responde cándidamente “Pues no llegué”.
¡Que Dios Nos Bendiga!
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