Durante los últimos días, varios templos de la comunidad de Nuestra Señora de Fátima, ubicada al suroriente de Torreón, fueron afectados por el robo de cable eléctrico, situación que a decir del párroco Rafael López Solís, tiene que ver con toda una dinámica que asocia la delincuencia y las adicciones.
“Son personas que se dedican a eso y sobre todo, las drogas; que ya hay un sistema ahí de compra de material robado”.
“Pues es toda una complicidad, de los que compran el material robado los que venden la droga y los que la consumen, es un círculo vicioso que se da en ese tipo de colonias”, señaló.
Los amantes de lo ajeno han visitado tanto la sede parroquial, ubicada en la colonia Braulio Fernández Aguirre, como la capilla del Señor de la Misericordia en la Lázaro Cárdenas y el templo de Santa Rosa de Lima, en Las Luisas.
El presbítero reiteró el llamado a las autoridades para que se le ponga freno a la ola robos, aunque al mismo tiempo manifestó que en esto también es fundamental la participación activa de la gente.
“Es que la comunidad es la que nos va a ayudar a todos a salir adelante, a ser constructores de paz, ser cuidadores de la familia, porque todo eso viene de la familia; es lo que le llaman el tejido social, que está destruido”, recalcó.