La democracia mexicana es relativamente joven si se la compara con otras en el mundo. Su consolidación ha costado el esfuerzo de muchos. Sin embargo, sigue siendo muy vulnerable.
Bastaría con algunas malas decisiones para destruirla por completo.
Lo acabamos de ver con lo sucedido en los Estados Unidos; sólo el marco de un entramado institucional sólido pudo librar a nuestra vecina nación de un auto golpe de estado.
Todos sabemos, por los distintos estudios que se realizan al respecto, que existe un amplio sector de la población que está inconforme con nuestra democracia. Entendemos, además, que gran parte de la insatisfacción de quienes dudan de ese sistema político tiene su origen en que la posibilidad de elegir autoridades no ha mejorado sus condiciones de vida.
La realidad es que se han equivocado quienes, a lo largo del tiempo, han ofrecido dádivas en lugar de condiciones propicias para las inversiones y el empleo; porque allí está la raíz de esa inconformidad.
Otra cosa que conocemos de los opositores a la democracia es su molestia con los partidos políticos a los que culpan por la corrupción y los malos manejos. Aunque esa percepción sea normal debido a que, aquellos que pertenecemos a esas organizaciones políticas, solemos recalcar lo malo de nuestros adversarios en nuestros discursos, fomentando con eso la percepción de que todo está muy mal; y no siempre ha sido así. Pero, a pesar de las muchas inconveniencias, la democracia es un bien que estamos obligados a preservar.
Simplemente pensemos en el peor gobernante que haya tenido México y hagamos un ejercicio de imaginación: ¿Qué habría ocurrido si, en lugar de haber concluido su periodo, allí estuviera, todavía gobernando? No podemos tapar el sol con un dedo y decir que todo ha sido perfecto. Hay, sin duda, grandes problemas con nuestras instituciones que debemos solucionar. Pero destruirlas no es opción.
Cada organismo público que se desaparece nos acerca a vivir bajo una dictadura. Y allí sí que nos íbamos a lamentar por no haber valorado de manera justa lo mucho que sí habíamos logrado.
@marcelotorresc
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