Si el constante lanzamiento de nuevos iPhones indica algo, es que la gente anhela tener lo mejor y más nuevo.
Al fin y al cabo, somos una especie con visión de futuro. Sin embargo, un empresario y economista belga se centra en algo quizá más importante: el presente. La nueva empresa de Gunter Pauli —un barco de 36 metros de largo y 24 metros de ancho apodado Porrima— puede que no sea la solución rápida a los problemas medioambientales, pero sin duda ayuda. Y lo que es más importante, ofrece este barco de energía solar es una respuesta legítima al cambio climático que bien podría cambiar el mundo.
Los barcos utilizados para el comercio —no los que los multimillonarios rusos guardan como juguetes o los cruceros que atraviesan el Caribe— generan anualmente más dióxido de carbono que la aviación. Además, alteran los ecosistemas marinos y contribuyen a la acidificación: “El transporte marítimo emite más carbono que todos los aviones juntos. Porrima ha demostrado que podemos suministrar energía a los barcos con hidrógeno procedente del agua de mar, paneles de energía solar, etc.”, explica Pauli en un intercambio de correos electrónicos. “En realidad, generamos tanta energía que nos sobra, lo que nos permite ayudar al océano mediante burbujas de aire”. Las burbujas de aire a las que se refiere Pauli son las que se utilizan en las redes especializadas para evitar la sobrepesca. Estas redes únicas pueden separar a los peces por su peso, y liberan a las hembras reproductoras más pesadas. Otra característica fascinante de este barco de energía solar es que hay una granja en miniatura que puede cultivar algas y hongos comestibles.
El plan de Porrima es revolucionar la industria del transporte marítimo de una manera muy significativa. Hasta hace poco, Porrima no era más que un guiño optimista hacia el futuro, pero a partir del 18 de diciembre de 2021 se convirtió en una realidad. El barco partió de Osaka, en Japón, y tiene previsto atracar en los cinco continentes, incluida América del Norte. De hecho, hará una parada en la costa oeste de Estados Unidos en 2024.
Pauli afirma: “El barco cambiará la lógica de los barcos de pesca y de renta de tiempo”.
Dejando a un lado la sustentabilidad, el Porrima tiene un diseño sencillamente elegante, con unos interiores que rivalizan con los de algunos de los cruceros más lujosos del mundo, pero a una escala mucho menor. Aunque los cruceros pueden tener varios miles de camarotes, Porrima tiene dos principales: la suite VIP y el salón principal. Ambos camarotes están influenciados por una discreta mezcla de muñecas matrioskas rusas, papiroflexia japonesa y navajas suizas.
Aunque la inspiración que hay detrás del diseño es un poco inesperada, todo ello entra en juego con bastante claridad. Las muñecas apilables, por ejemplo, son evidentes cuando se trata de la situación de almacenamiento de Porrima: todos los contenedores de almacenamiento pueden deslizarse unos dentro de otros, lo que ahorra espacio en todo el barco. La colección de estanterías del barco, todas muy intrincadas, refleja la delicadeza y la atención al detalle del origami. En cuanto a la navaja suiza, es un poco más difícil. Al igual que la utilidad de la navaja suiza, la sala principal del barco puede servir para multitud de funciones, como aula, exposición, biblioteca o incluso espacio para comer.
Construir alternativas con conciencia ecológica es un paso en la dirección correcta. Se puede decir que el Porrima está literalmente en camino de cambiar la trayectoria de los viajes sostenibles.