La seguridad hídrica en México ha padecido de desatención u omisiones deliberadas por parte de las autoridades encargadas de su vigilancia, hasta ahora las políticas públicas que regulan protegen y restauran el ciclo hidrológico es débil o nulo a pesar de que hay una supeditación casi absoluta del agua subterránea en todo el País, porque se depende en un 97% de esas reservas.
El agua subterránea tiene un peso dominante, sobresaliente en la lucha contra el cambio climático. Su movimiento y residencia en el subsuelo depende de la efectiva protección y restauración de otros componentes ambientales como el suelo, la vegetación, la topografía y el clima.
Elaborar y ejecutar programas de conservación ambiental de los puntos de recarga del suelo (cuidar su calidad y salud), así como de las zonas de descarga natural son elementos claves para combatir el cambio climático y restaurar y garantizar el funcionamiento natural del agua subterránea dentro del ciclo hidrológico. Un aspecto crítico del agua subterránea es su distribución natural planetaria (Contralínea).
En Coahuila, de los 29 acuíferos situados en la entidad 10 presentan un marcado déficit por la sobreexplotación (SEMARNAT 2015). Los casos más graves son: la Región Lagunera, Oriente, Aguanaval, Monclova, Cañón del Derramadero, La Paila, Cuatro Ciénegas, Ocampo, Región Manzanera y Zapalinamé, en éstos el abatimiento es evidente.
La sobreexplotación de los mantos acuíferos merma la calidad del agua, se transforma y adquiere salinidad y dureza, el deterioro es gradual a medida que la sobre- explotación aumenta, además, los estratos del suelo se compactan y liberan agua con sulfatos, arsénico, nitratos, flúor, molibdeno, selenio, plomo y manganeso, utilizando para el consumo humano y agrícola.
El problema más grave de la mala calidad del agua es la de la Región Lagunera por el alto contenido de arsénico provocado por los flujos de drenajes públicos e industriales, ahí nadie o muy pocos se ocupan de cuidar la calidad del agua y la normatividad para su conservación y buena administración es muy baja.
La carencia de ordenamientos rigurosos a nivel estatal y municipal que regulen el aprovechamiento del recurso hídrico contribuye a su sobreexplotación; no hay responsabilidad en las autoridades para promover una seria cultura del agua.
Se ha denunciado en innumerables ocasiones en estas páginas por parte de agrupaciones de la sociedad civil, la irresponsabilidad de las autoridades municipales y estatales, pero éstas son ciegas y sordas, llevan décadas diagnosticando el problema, pero a ellos les importa enriquecerse en los cargos públicos, son años y años oyendo a los alcaldes de esta ciudad ofreciendo que el problema de las inundaciones se corregirá, se crean dependencias como el Implan y ¿qué hacen? Contemplar como se inunda Saltillo con cualquier aguacerito.
Hay una presa de Gaviones construida durante la administración 1999-2002 los que saben dicen que no sirve y además es totalmente insuficiente, más de 20 años dándole vuelta a lo mismo, así es el PRIAN.
Por diagnósticos no paramos, una página completa de nuestro periódico con el bla, bla, bla. El director del Implan lleva casi 2 años ahí ¿qué ha hecho?
Hablan de desarrollo sustentable, ahí les mando una sugerencia de la ONU que ofrece la liga #SolucionesInnovadoras para que se enteren de lo que hacen otros países y empresas a fin de salvar a la tierra y en este caso a Saltillo.