No, no estoy aquí, parado frente a 130 millones de mexicanos, para decirles que no me pertenezco, para hacerles creer que soy un mesías más o para hacerles promesas exageradas que ustedes y yo sabemos que serían huecas e imposibles de cumplir.
No, no creo que en 6 años lograremos llevar a México al nivel de las naciones nórdicas. No, no quiero pararme frente a una nación y decir que todo lo que hicieron otros está mal o para pretender que quienes estuvieron antes que yo no lograron avances que debemos conservar y proteger. Sería irresponsable venderles una lista de soluciones para problemas que no existen o soluciones pequeñas para problemas gigantes. Volteo a mi alrededor, veo a mis posibles contrincantes en la boleta y aunque entiendo por qué creen que es adecuado comportarse como lo hacen en la búsqueda de tu voto, no comparto su estrategia de engaño sistemático, de pintar realidades inexistentes y soluciones mágicas cuando ellos y nosotros sabemos la verdad sobre candidatos y partidos camaleón, que, automáticamente y por sentido de preservación, tomarán el color de la tinta en la que se imprima el siguiente presupuesto, porque así fueron educados y condicionados, así se los pide la pandilla que los arropa hoy.
Nadie se atreve ya a hablar de ideologías y visiones, cuando lo que vende es el siguiente meme o frase pegajosa; el lenguaje coloquial y hasta grosero; la garnacha a la orilla del camino; la foto “casual”; el homenaje a esos héroes de la historia que ya no sabemos si realmente fueron quienes nos dicen que fueron e hicieron lo que dicen que hicieron. El habernos privado de ideologías sólidas y sensatas que marquen pauta y rumbo, hace que la nación entera, liderada por unos y otros, haya perdido tres o hasta cuatro décadas caminando en círculos, sin noción de Norte, siguiendo a falsos mesías y empujados a base de desinformación, verdades incompletas y mentiras enteras. Estas últimas décadas de caminar en círculos han hecho que los de atrás se separen y acabamos con una nación dividida por realidades que no podemos ocultar. Pretender que las cosas van “requetebien”, que casi somos Dinamarca y que vivimos una transformación (positiva) histórica es casi tan irresponsable como quien nos quiere hacer creer que hoy México es como Cuba o Venezuela. Es urgente y necesario que quienes tienen el micrófono y el tiempo aire dejen de mentirnos y vendernos una realidad (negativa o positiva) polarizada que no existe.
Propongo alejar el oficio político de los memes y la desinformación. Formar un equipo y un gobierno que sea capaz de reconocer, sin más ideología que un pragmatismo sustentado por la urgente necesidad de sacar a México de ese círculo en el que estamos atorados desde hace 40 años y encontrar el verdadero Norte que tenemos que perseguir, aquello que sí funciona, aquello que hay que ajustar y aquello que hay que cortar de raíz. No, no vengo a escribir cheques en blanco a nadie. Ni a condenar a nadie sin debido proceso. Vengo a decirte que la única forma de obtener resultados diferentes es intentando cosas diferentes. La única forma de corregir los errores del pasado y recuperar el rumbo para el país es a través de caras y cerebros distintos; necesitamos voltear a ver a los jóvenes, necesitamos más mujeres en posiciones de influencia, nos urge formar niños y jóvenes que vean a México, a su país, con orgullo y no con la vergüenza que generan los pocos o nulos resultados de las últimas décadas en materia de pobreza, seguridad, educación, equidad, desarrollo, trasparencia, corrupción y bienestar humano en general.
No, no estoy aquí para decirte que es razonable y aceptable que México se haya convertido en un país de cárteles, muchas veces promovidos y hasta solapados o festejados por el gobierno en turno. Y no me refiero solamente a cárteles de la droga, sino a los cárteles que existen a lo largo y ancho de la actividad económica y política nacional. Para dejar de caminar en círculos, es también necesario reconocer que el país está dominado por cárteles de partidos políticos, cárteles de crimen organizado, cárteles de aeropuertos, cárteles de carreteras, cárteles ferroviarios, cárteles de telecomunicaciones, cárteles de funcionarios y exfuncionarios camaleón de pedigrí, cárteles de ideas caducas.
Hoy estoy aquí, parado frente a toda la nación… para decirte que este es el tipo de bosquejo de discurso que me gustaría escuchar de un o una candidata. Alguien que sea capaz de distanciarse de lo de siempre, de las recetas que se han probado y comprobado como insuficientes e insultantes; alguien que sea capaz de reconocer las cosas como son. Ver el cielo azul cuando está azul, nublado cuando hay nubes, que use paraguas cuando hay tormenta. Alguien que no quiera darnos gato por liebre a la hora de sus propuestas y de la formación de su equipo.
Alguien que sea capaz de darse cuenta de que si seguimos haciendo lo mismo (caminando en círculos) liderados por los mismos, acabaremos teniendo… los mismos (de mediocres a malos) resultados.