No hay alternativa. No existe otra manera de detener la vorágine. No se ve cómo lo puedan neutralizar y sacar del juego. No se tiene siquiera la certeza de que un nuevo fraude le haría perder. No serviría tampoco otra “caída del sistema”, ni los chismes y ataques mediáticos.
¿Entonces qué debe suceder para que Andrés Manuel López Obrador finalmente fracase en su intento por alcanzar la silla presidencial? Pues bien, a mi juicio, sólo queda una cosa, un último recurso que, por cierto, ninguno de los candidatos contrarios al abanderado de Morena se atreve a adelantar, a saber, una alianza de última hora entre el PRI y el PAN.
La utilización de este as bajo la manga, en el que también intervendrían los partidos “satélites”, no se descarta en esta inédita lucha por el poder. Conforme se acerca el día “D”, aumentan exponencialmente las posibilidades de que dicho pacto se concrete.
Esto no es una idea descabellada, como algunos suponen, ya que, como nunca antes, las fuerzas políticas del país se juegan el todo por el todo. Los candidatos y sus partidos no escatimarán esfuerzos, ni recursos, y estarán dispuestos, incluso, a poner en entredicho su propia calidad moral.
La cosa es ganar, y si para ello se considera necesario hasta echar mano de viejas artimañas, así como de la participación de emisarios del pasado, júrelo que así será. En tanto, el escenario para este año electoral se avizora turbio, de tal suerte que la paz y tranquilidad social estarán en serio riesgo.
El entorno se volverá más oscuro si damos crédito a las recurrentes versiones en el sentido de que Rusia tendría metidas las manos en el actual proceso. El caso es que la administración Trump muestra igualmente un interés desmedido en el desarrollo de los comicios.
Los días se acortan y pronto llegará “la hora de la verdad”. Eso lo saben muy bien los diferentes abanderados, incluido López Obrador, quien este miércoles visita Saltillo, donde desahogará una agenda que comprende una reunión a puerta cerrada con la estructura de su partido, una conferencia de prensa y un encuentro con representantes del sector empresarial de la región.
Trascendió que el motivo central de esta enésima visita del tabasqueño a tierras coahuilenses no es otro que el de conminar a organizarse y a que se redoblen esfuerzos tendientes a proteger el voto en las próximas elecciones, pues el sistema, o “la mafia del poder”, como él lo expresa, se encuentra cocinando lo que para muchos será la madre de todas las elecciones fraudulentas de México.
Veamos, pues, si la maquinaria PRIANISTA todavía opera como antaño o si efectivamente estamos a una elección de que se implante un nuevo estilo de hacer política, si bien el propósito de Andrés Manuel López Obrador consiste en que la población mexicana sea feliz.
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