El Paquete Económico para el 2021 será el menos recargado en ingresos petroleros en dos décadas, al representar apenas 2.7% del PIB, advirtieron estrategas del banco de inversión Barclays.
En un análisis, estimaron que en el Paquete Económico que presentará el Ejecutivo esta tarde, podría tener como supuestos, ingresos totales por 21.4% del PIB, de los que 2.7 puntos del producto serían ingresos petroleros.
Con ello, los ingresos petroleros significarían 12.6% de los ingresos totales, que se comparan con 15.4% estimado para el cierre de este año.
De acertar con este pronóstico, será la menor aportación presupuestaria para los ingresos petroleros, desbancando la registrada en 1994, cuando fueron equivalentes a 3.5% del PIB y otorgarán una contribución muy inferior a la que tendremos este año, que con estimaciones propias, a partir de datos oficiales, será equivalente a 3.6% del producto.
En el análisis de Barclays, titulado “Deseos fiscales 2021”, los estrategas refirieron que este pronóstico para el 2021, resulta de considerar un precio por barril de petróleo entre 37 y 40 dólares y una producción del hidrocarburo que podría fluctuar entre 1.6 y 1.7 millones de barriles por día.
En el análisis, liderado por el Jefe de Research para América Latina en Barclays, Marco Oviedo, consignaron que “el componente más relevante (para los ingresos) tendrá que ser la producción petrolera” al tomar en cuenta la “dudosa recuperación económica para el 2021” y la evidencia de que se terminaron los ahorros que tenía el gobierno para suavizar las pérdidas de ingresos.
Estos hechos, tendrían que orillar al gobierno de México a presentar un presupuesto conservador y “sin errores de cálculo para el 2021”, resaltaron.
“Creemos que mantener los ingresos no petroleros constantes en términos reales con los esperados en el 2020 podría ser una forma prudente de evitar errores de cálculo y reconocer riesgos en la recuperación económica.”, destacaron.
Sin margen de maniobra
En el análisis subrayan que el gobierno mexicano “no tiene margen de maniobra para aumentar los impuestos ya que la recuperación de la economía está aún en duda”.
De acuerdo con el análisis, el grupo de estrategas del banco de inversión estima que el gobierno colocará como supuesto un déficit primario de 0.60% del PIB, que será pequeño, pero manejable
Esta previsión incorpora una corrección desde 1.2% del producto esperado para el 2020.
Recortes al gasto
Ante este bajo margen de maniobra, los analistas de Barclays estimaron que se requieren recortes al gasto programable de 5% en términos reales para alcanzar el saldo primario esperado.
Esto dejaría gastos totales en 25.1% del producto. “Si acertamos, el déficit propuesto se reduciría a 3.7% del PIB desde 4.3% esperado para este año”, resaltaron.
En el análisis, hicieron hincapié de que en este momento en América Latina nos encontramos en temporada de presupuestos, y que los retos para todos los países de la región es frenar el gasto en medio de la conmoción pandémica que ha afectado a los ingresos.
PIB caerá hasta 9.5%, estimó G. Esquivel
La caída del PIB este año estará entre 8.5 y 9.5%, pronóstico que supone el rebote de la actividad que inició en junio y la evidencia de un sector externo que está alentando a las manufacturas, estimó a título personal Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México.
En una conferencia, aclaró que este pronóstico incorpora una corrección desde la estimación que él tenía en junio, cuando previó que la caída del producto sería entre 8.5 y 10.5 por ciento.
Ante estudiantes del Centro de Investigación y Desarrollo Económico y del Instituto Politécnico Nacional, subrayó que la caída del PIB es resultado de una decisión unilateral de las autoridades de cerrar la economía para limitar la velocidad del contagio por el Covid-19.
Consignó que la consecuencia más importante y difícil de resarcir que dejará este episodio es el aumento de la pobreza y la dificultad para recuperar los ingresos y el empleo.
Reveló que varios organismos internacionales y universidades han estimado el impacto que tendrá esta crisis en la pobreza.
El Economista