Sin duda, hemos caído en nuestra propia trampa, con las elecciones, veo pasiones desmedidas hacia uno u otro candidato, y eso ¿qué tan bueno es? Si das opinión entre uno y otro, algunos te quieren sacar hasta los ojos. He visto pérdida de amistades y ahora lo moderno, bloqueo de las diferentes redes sociales, de “amistades”.
El humorismo entre memes es inevitable, es parte de nuestra cultura, esta si lo es, no como la corrupción de la que nombró el presidente EPN porque esta es cultura solo entre los políticos corruptos, que es mezcla entre cultura y deporte el desfalcar el erario público. Retornando a los memes, algunos hacen reír, otros pensar, y algunos nos dejan reflexiones profundas, pero para que apasionarse si al final, solo unos cuantos se sientan en la silla, y ¿los demás? Con la tripa torcida, y el corazón como de cristal cortado, ¿vale la pena?
Yo soy participativa en debates por redes sociales, admiro a quien da sus puntos de vista, sin perder su cordura, sin exaltarse con insultos, porque la amistad y la cordialidad nunca deben perderse, las demás son pasiones vanas, y si nos enredamos de más perdemos en esencia lo que vale la pena, que son los brazos fraternos.
Independientemente de cualquier suceso político que se lleve a cabo, caeríamos en la descomposición social, como lo han hecho por décadas los políticos, que trabajan solo para sí mismos o para su partido. Que las pasiones no nos hagan quedar como el trabajo del perro, que es ver quién entra y sale de nuestra casa, blindemos pues, nuestra amistad, fortalezcamos nuestros puntos de vista, pero sin que llegue al intestino. Porque, muchos empiezan hacer lo mismo que la víbora de cascabel, que empieza a retorcerse en varias vueltas, para después aventarse a la presa, mejor disfrutemos del humorismo político como viene, que es lo que hace sobrellevar tanta guerra sucia de las campañas, no caigamos en la trampa de perdernos nosotros mismos, al fin todos vamos en el mismo barco, como en el arca de Noé, todos juntos en armonía, sin pasión desbordada, al fin la cultura del mexicano no cambia de llevar los sucesos relevantes con picardía.
Si nos burlamos de la que nos va a llevar al panteón, y hasta fiesta de lujo le hacemos, a doña Calaca, y no porque de la política nos desatendamos, ni sea algo no importante, pero que no sea el motivo para romper ningún tipo de relación, que esa pasión no llegue a afectarnos el corazón…
Y de nuevo les digo, ya chole con los mismo.
Yo opino, ¿y tú?