Las universidades públicas representaban el espacio dialogal por excelencia, el del análisis crítico y de comunicación entre diversos sujetos sociales para crear y recrear el conocimiento de la naturaleza y de la sociedad y propiciar un aprendizaje constante y ascendente en el debate razonado, en el diálogo fructífero y constructivo y en el enfrentamiento cotidiano con el propio saber.
Hoy las Instituciones de Educación Superior (IES) no representan para el Estado un foco prioritario de atención como lo fue en los años posteriores al conflicto del 68, y han pasado a ser un “problema” menor en el conjunto de la sociedad; el deterioro salarial del personal académico, las condiciones materiales deplorables con que se realizan las prácticas educativas, las dificultades crecientes del estudiantado para permanecer en la universidad con los mismos niveles de calidad en el aprendizaje y la incertidumbre generalizada del futuro próximo, lleva a una crisis de motivación de los actores y a una pérdida de significado de sus acciones, además de un estancamiento en el desarrollo de las IES de carácter público y un progresivo deterioro de sus condiciones de funcionamiento.
Es muy visible una mayor cobertura de atención de los servicios de educación superior por parte del sector privado, se ha dicho en muchos tonos, el propósito evidente de los gobiernos neoliberales es privatizar la educación pública en todos sus niveles y el de las IES va muy avanzado.
Son al menos 14 universidades públicas las que están en crisis financiera y la mayoría de sus rectores tienen que andar año tras año, mendigando recursos ante la Cámara de Diputados para que no les disminuyan los presupuestos y les den un poco más porque los primeros que lo recienten son los docentes, los alumnos y los jubilados y pensionados, en tanto que la burocracia administrativa la pasa en sus laureles, para ellos no hay austeridad.
Esta semana en la reunión de ANUIES en la Universidad de Guadalajara, los rectores plantearon que la solución de los problemas financieros que enfrentan las IES requieren de una nueva política de financiamiento, con la corresponsabilidad de los gobiernos estatales y federal y el compromiso de las IES para hacer las reformas que les permitan ser sostenibles en el largo plazo.
Replantear y asegurar la calidad de la educación superior es imprescindible pero para ello se requiere un financiamiento adecuado al crecimiento de la matricula y del de largo plazo; son al menos 5 universidades públicas las que están en quiebra y no cuentan con los recursos económicos para los pagos de sus nóminas y de los aguinaldos de este año.
El rector de la UNAM reprueba que existan universidades públicas en riesgo de subsistencia porque los recursos de financiamiento son insuficientes, recalcó que es necesario que haya fondos de contingencia que permitan salvaguardar las funciones de las IES.
La Auditoría Superior de la Federación difundió la entrega de contratos ilegales adjudicados a 8 universidades públicas y 11 dependencias federales que recibieron 7 mil 670 millones de pesos, lo que se conoció como la Estafa Maestra, eso es inaceptable, no obstante, enfatizó el rector Enrique Graue los responsables deben rendir cuentas, pero no por ello todas IES deben ser castigadas. Hasta ahora no se ha sabido de sanciones a los participantes en la Estafa Maestra. Como siempre, la impunidad impera.
Esta Semana la ANUIES, en voz de los rectores participantes pidió que se establezca una política de Estado que asegure el financiamiento suficiente y a largo plazo porque cuidar a las IES es urgente.