Simpático galán,
de fácil habla
sonrisa eterna
y gracia innata.
Cautivador de masas,
con estrategia plena.
Cazador de intenciones,
con falsas promesas.
Defensor a ultranza de derechos ajenos,
defensor a ultranza de la gran democracia.
Pacta con el diablo y con el angel,
con el vivo y con el muerto.
Pero con quien verdaderamente pacta,
es con Don puchero.
Sus intereses prevalecen,
su cargo innegociable,
su honor nunca en duda.
Un truhan con sonrisa,
lleno de intenciones
falso en sus convicciones.
Si puede en el anonimato se enriquece,
si puede hunde al oponente,
si puede mata al adversario.
Cuando le roza el escándalo,
su defensa a ultranza por bandera.
Siempre hábil en su inocencia,
siempre limpio,
sino para que…
Y así entre promesas y promesas,
pobre pueblo desdichado.
Asciende lo que puede,
su vida resuelve llena de cargos y algún que otro puchero,
que para eso,
ya hay corderos…
Un buen guiso de votos de cordero,
para poder llenar el puchero,
para ti mismo,
y nada para el pobre, pueblo.