Francisco Solares Alemán, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), reveló que las obras construidas por el Ejército no están generando impuesto sobre la renta ni empleo permanente, y además llevaron a la quiebra a más de 2,500 empresas constructoras en México.
“Las obras que hace el Ejército no genera impuesto de la renta, no genera un empleo permanente y además hace que otras empresas que sí pudieran tener más permanencia en en la economía del país, pues están cerrando.
“De 2020 para acá, nosotros estimamos que 2,500 empresas ya han tenido que buscar alguna otra alternativa, porque no hay muchas opciones en la industria de la construcción”, manifestó Francisco Solares Alemán.
“Desde nuestro punto de vista, las obras civiles no son de seguridad nacional” y no las debe estar construyendo el Ejército, señaló su participación en la inauguración del Foro Infraestructura 2022 CMIC- Ciudad de México.
El Ejército construyó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, está detrás de la edificación de un tramo del Tren Maya, levantó el Canal Bicentenario en Nayarit, un acueducto en Campeche, hospitales en la Ciudad de México, entre otras obras más.
También creó las empresas el Grupo Aeroportuario, Ferroviario y Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica, el cual tiene como misión administrar las empresas encargadas de los aeropuertos Internacional Felipe Ángeles (AIFA), de Palenque, de Chetumal y de Tulum, así como el Tren Maya.
El Ejército debe informar cómo está invirtiendo el dinero de los mexicanos en obras civiles de infraestructura como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional de Tulum, comentó el constructor.
“Los empresarios de la construcción debemos de seguir teniendo la participación, que siempre hemos tenido en la construcción del país. Nosotros hemos construido el país que existe”, manifestó el presidente de la CMIC.
El presupuesto destinado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para la construcción de infraestructura es de 660,000 millones de pesos en 2022.
“De acuerdo con los números oficiales, a finales de agosto teníamos un subejercicio del 80 por ciento, cada vez que me entregan a mí estos reportes yo les digo a nuestra gente, al director del Observatorio que lo revisen bien, porque se me hace mucho. Y dicen que esto es lo que está”, detalló.
A la economía mexicana no le conviene que no se esté ejerciendo el presupuesto y el gasto destinado para la construcción de obras públicas, así como tampoco es buena la falta de transparencia, “que no sucedía anteriormente”.
El subejercicio en el gasto público es producto por la asignación directa de las obras muy grandes, a grandes empresas y al Ejército Mexicano, apuntó.
“Las obras que hace el Ejército Mexicano desde antes que se declararon de seguridad nacional, ya había una opacidad total en cuanto al ejercicio del presupuesto para esas obras”, acotó el presidente de CMIC.
Por ejemplo, suponemos cuánto costó el AIFA, pero nos han dicho unos números y no podemos verificarlos, “como a nosotros nos verifican siempre la Auditoría Superior de la Federación, que es un órgano del del Congreso de la Unión de la Cámara de Diputados”.
—¿El 80 por ciento de subejercicio, incluye los recursos destinados a las obras principales del tren Maya y la Refinería de Dos Bocas?
—Sí se incluyen, pero hay partidas que son adicionales a ellas. En estos montos que les doy no está incluido algo que se llama el ramo 33, que se le da a todos los estados y que gran parte de ese dinero se va para infraestructura. Son del orden de 100,000 millones de pesos que habría que agregarle a los 660,000 millones de pesos.
Forbes