Extraña unción la de Agustín Basave Benítez en el CEN del PRD (importado del PRI en donde era diputado federal, y con orígenes panistas, como si no hubiera alguno de ellos que pudiera surgir entero), y cual bateador emergente ante el sisma interno, lógica su dirigencia efímera. Por el previsible fracaso en el avance electoral del 5 de junio, Basave dimite a los pocos meses, empujado por Los Chuchos. Y es que Los Chuchos son una fuerza hegemónica al interior pero una que es fuerte solo porque la fracción en tribus, debilita a otras fuerzas.
Los Chuchos se han compartido y relevado la dirigencia nacional, pero ya no pueden ser siempre ellos. Entonces pactan con extraños, para seguir mandando. Pero muy caro les está costando el liderazgo trascendido, el partido retrocede política y electoralmente y entonces tienen que ceder terreno. La alta sospecha ahora es que tan solo ganan aliados con el PAN (a quien no se parecen en nada), y solo para vencer al PRI.
En nuevos pactos que se notan, surge la michoacana Beatriz Mojica, de aparente factura pejista. Ella fue la secretaria general en formula con Basave, y hasta el sábado fungió como presidenta interina, a la renuncia de Agustín. De manera intempestiva, la secretaria de educación del DF, Alejandra Barrales aparece como la candidata iluminada para la dirigencia. Y en vaporosa elección, es la nueva presidenta. La abogada Barrales tampoco se lleva mal con AMLO, pero es allegada a Miguel Ángel Mancera, en cuyo gabinete fue pieza clave hasta el mismo sábado. Entonces: ¿es señal de que Mancera será el candidato presidencial en 2018 abanderado por el PRD, o la lectura es más cara? Con estos pactos bajo la mesa política… ¿Quién se fortalece?
Deja en el camino Barrales Magdaleno a la señora Mojica Morga quien parecía, cual señuelo, ser la natural dirigente. Ahora, hará formula con Barrales y dos damas dirigirán los destinos del sol azteca. Las formulas partidarias que se estilan son de varón y dama, o viceversa. Pero el PRD se atreve a torear la dirigencia compartida entre dos mujeres políticas, dos de reconocido carácter.
Hay que recordar que los últimos dos periodos de dirigencia quedaron truncos, de manera que María Alejandra terminará estas dirigencias, la de Carlos Navarrete y la de Basave. Desde la renuncia del líder moral, Cuauhtémoc Cardenas Solórzano, la barca perredista navega al garete, parece que la esencia del sol se la llevó Cárdenas a su casa. Los Chuchos, por su parte, unen para ellos y dividen para todos.
En el caso de Coahuila, el PRD se ha desdibujado. No ha tenido real fuerza electoral porque no conserva la fuerza política y el trabajo de campo, (de territorio), no lo hace nadie. Es un club familiar en donde la hija de los Chuchos, la ciéguense, Mary Thelma Guajardo Villarreal, se hizo comadre de Rubén Moreira y liquidó al partido. En la dirigencia estatal, “cual relevo chuchil”, cambian de cachucha estatutaria, los sobrinos de Guajardo. La fuerza de la izquierda que existió en la entidad desde épocas pasadas, la ha asumido MORENA. Y en ese terreno del pejismo, también hay tema amplio que bordar, pero es trama para otro artículo.