Con seis años de soportarlos como plaga, los ejidatarios de las comunidades del sur de Saltillo ya no encuentran la salida con las manadas de jabalíes que destruyen las cosechas de maíz, frijol y avena, dice don Mauricio Parra, del ejido Tanque Escondido.
Aseguró que ante el crecimiento de esta plaga, los habitantes de estos ejidos empezaron a matarlos para comerlos, pero en tiempos recientes, el problema se agudizó porque se volvieron más agresivos.
“Ya hace como 6 años que estamos padeciendo esta plaga; en 2019 yo tenía como dos hectáreas de puro elote, y en dos días, estaba ya el tiradero, ¡qué feo!”.
“Cada jabalí tiene unos 6 o 7 hijos, pasan en grupos grandes; nos los comemos, le dimos una recia, pero luego vimos que ya se nos echaban encima y es muy peligroso, en la noche es peor”.
Las afectaciones no sólo son en las cosecha, sino que por las noches, se llegan a meter a los corrales de las chivas e incluso, agreden a los perros.