La primera Consulta popular basada en la Constitución, la que habrá de realizarse el próximo domingo ha tenido escasa difusión, los partidos de oposición al gobierno actual, callan, guardan silencio, ni la prensa escrita, tampoco los medios electrónicos la destacan, con algunas excepciones, pocos analistas se ocupan de ella, hay un debate oculto y los que la repudian pretenden ridiculizarla.
Los emisarios del pasado abominan que el pueblo pudiera llegar a decidir, el pueblo no sabe, son ignorantes, dicen, por eso juzgan que las decisiones populares son inoperantes.
El INE está realizando las actividades para efectuar la consulta en el marco de una ley elaborada por el Congreso de la Unión. Hay más obstáculos que facilidades para el desarrollo de la consulta; a la escasa difusión se agregan las insuficientes mesas de recepción que serán sólo 57 mil atendidas por 3 funcionarios cada una, en ellas se conjuntarán varias secciones electorales, difícilmente los ciudadanos de las zonas populares podrán gastar en taxis o autobús para llegar a sus mesas. Las carencias obedecen a que no se asignó presupuesto, alega el INE, para la realización de la Consulta.
El INE informó que los funcionarios que se encuentren recibiendo el Si o el No, serán una tercera parte de los que estuvieron en las pasadas elecciones del 6 de junio a quienes se les da una capacitación adicional.
Se ha comentado demasiado que la pregunta de la Consulta es muy confusa, no obstante eso no niega la importancia del ejercicio, difícilmente se alcanzará la cifra que la ley establece para que la Consulta sea vinculante, 37.5 millones de votantes, por lo que es probable que el resultado la dirija hacia la instauración de una Comisión de la Verdad que no obligadamente debe ser vinculante, aunque eso convendría, para investigar los innumerables delitos, muchos de lesa humanidad, llegar a la elaboración de las denuncias y a posteriori arribar a los procesos judiciales pertinentes, sería la ruta ideal.
Carlos Peniche Baqueiro, cofundador de Justicia Transicional Mx, argumenta que la prescripción de los delitos no es un obstáculo para iniciar un posible juicio contra los 5 últimos expresidentes ya que las penas de las imputaciones son altas y no es probable su prescripción, que se pueden encontrar crímenes que no hayan prescrito, lo cual depende de la creatividad y capacidad de investigación de los fiscales y de los jueces.
Genaro Madrigal, abogado internacionalista, afirma que enjuiciar a un expresidente diría mucho, políticamente del grado de democracia y del Estado de Derecho de un país, porque la ley no hace distinciones y con ello se demostraría que no existe selectividad en cuanto a la impartición de justicia y se abrirá la puerta para realizar estas acciones en mayor medida.
Otros especialistas opinan que los problemas para juzgar a los expresidentes son obtener las pruebas vinculatorias, para adjudicar responsabilidad penal a algún expresidente por delitos asociados con la corrupción se requiere comprobar su participación directa.
Por lo que se puede observar someter a proceso a los expresidentes es harto difícil y controvertido, pero ¿qué tan poderosa es esa imagen de cinco expresidentes sentados en el banquillo? Es poderosísima afirma el jurista Carlos Peniche Baqueiro, gracias a ella se despertó la conciencia del combate a la impunidad. Por eso mi decisión es votar SI.
Posdata
Después de que la Coalición de los maestros ha estado casi 3 meses en un plantón exigiendo sus derechos a la seguridad social, por fin su Alteza Serenísima, Miguel N accedió a dialogar con los docentes, los qué basados en las denuncias penales presentadas por la Auditoría Superior del Estado y otros agravios exigen justicia; Riquelme expresó su interés en buscar soluciones mediante mesas de trabajo que iniciarán el martes 3 de agosto. Veremos si es capaz de cumplir su palabra o se va por la ruta que siguió Rubén N.