Tradicionalmente, los gobiernos que más juran que combaten la pobreza son los que peores resultados obtienen en la materia.
La razón: su “interés” por los pobres no es sino un eslogan; un truco publicitario para hacerse del poder. Por supuesto, implementan diversos programas sociales bajo el argumento de disminuir la desigualdad.
Pero lo único que buscan es crear una dependencia a la ayuda, que les resulta muy conveniente a la hora de solicitar el voto.
De ninguna manera tratan de mejorar la calidad de vida de la población.
La receta para verdaderamente sacar a los pobres de su situación es elevando la competitividad del país, para que haya mayores inversiones productivas y se generen más y mejores fuentes de empleo.
En particular, para que las micro, pequeñas y medianas empresas se consoliden; pues, recordemos que son las que generan más trabajos. Sin embargo, cada decisión del actual gobierno federal va en contrasentido a las necesidades del país; dejando la impresión de que su propósito es ahuyentar a los inversionistas, al tiempo que se mina a las empresas que han logrado sobrevivir a la pandemia. Como ya sabemos, el gobierno decidió que no iba a ayudar al sector empresarial; de hecho, así lo presumen: como si se tratara de un logro del “pueblo bueno y noble”.
Pero no es así; de hecho, el asunto es más grave todavía. Porque, obsesionado en destruir a quienes considera sus enemigos, como ésta López Obrador, ha decidido aprovechar la crisis para torpedear a quienes generan la riqueza en este país (ahora se entiende lo del “anillo al dedo”).
Como muestra el botón de la Iniciativa de Ley para criminalizar el outsourcing. No se puede negar que ha habido abusos; pero, una vez más, en lugar de corregir, se destroza.
Y quienes pagarán las consecuencias más negativas en la desaparición de esa forma de contratación serán los pobres; porque el tipo de trabajos que más se genera bajo ese esquema es el destinado a personas con menos competencias desarrolladas. Ahora sabemos que la frase “primero los pobres” se sigue de expresiones como: “en ser inundados”, “en quedarse sin medicinas” o “en quedarse sin empleo”.
@marcelotorresc
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