Basados en hechos científicos y médicos, el Senado estatal aprobó la medida el 14 de mayo en una votación de 25-6. La Cámara de Representantes del Estado la había aprobado antes, a principios de mayo.
La iniciativa hacía pocas excepciones: cuando la vida o la salud de la madre estuviera seriamente amenazada o cuando el niño tuviera una enfermedad mortal, y prohibía el aborto en todas las demás circunstancias, incluidas la violación y el incesto.
En el meollo de la iniciativa de ley de Alabama, estaba la prohibición del aborto en cualquier etapa del embarazo y lo volvía un delito sea un delito que podría tener como pena hasta 99 años de prisión.
El 15 de mayo por la noche, la gobernadora de Alabama, Key Ivey, finalmente, tomó la pluma y firmó la ley que entrará en vigor dentro de seis meses en Alabama “Para los muchos partidarios del proyecto de ley, esta legislación es un testimonio poderoso de la creencia profunda de los habitantes de Alabama de que cada vida es preciosa y que toda vida es un don sagrado de Dios”.
La American Civil Liberties Union no se va a quedar con los brazos cruzados, por supuesto. De hecho, ya anunció que presentaría una demanda en contra de la ley de Alabama para que ésta no se convierta en la punta de lanza para que la Corte Suprema dé marcha atrás a la legalización del aborto en Estados Unidos.
Los opositores a la ley han dicho que se trata de “un día triste para Alabama” y que, en el fondo, es una “guerra en contra de las mujeres” sobre su derecho a decidir sobre su cuerpo. También la calificaron como una “ley cruel”.
Mientras tanto, los activistas pro-vida hablan de este hecho como de “una victoria histórica para la gente de Alabama” y como “una reacción” al extremismo de permisividad del aborto en estados de mayoría Demócrata como Nueva York y Virginia.
Finalmente, lo que los activistas pro-vida han visto en la ley que firmó la gobernadora Ivey es que en Estados Unidos existe una fuerte corriente para reconocer la humanidad del feto en la ley.
Poco a poco la “imposibilidad” de revertir “Roe v Wade”, la ley que en 1973 daba derecho constitucional al aborto en todo Estados Unidos –y que ha propiciado más de 60 millones de abortos “legales”, se está viniendo abajo.
Y la firma de la gobernadora Ivey tiene un significado enorme para la lucha a favor de la vida del no nacido.
Aleteia