Un signo de los tiempos que presagia el fin del mundo como lo conocemos, parece ser la perdida de libertad a gotas que nuestros gobiernos nos recetan con sus nuevas leyes y reglamentos, lo mas patético de esto, es que lo hacen aduciendo que tratan de proteger precisamente ese derecho fundamental.
Una buena ley según los términos del escribano, encuentra el modo para que las cosas se pueden hacer protegiéndonos a la mayoría y evitando que las libertades de unos se sacrifiquen a costa de las de otros; En Nuevo León ahora se prohíbe fumar de forma absolutamente estricta en restaurantes, antros y demás lugares que ofrecen alimentos, bebidas, diversión, etcétera; la prohibición llega a tal grado, que si un inspector encuentra una cajetilla de cigarros sobre alguna mesa, con una foto puede clausurar de inmediato el local hasta que alguien pague una multa de cientos de miles de pesos, misma que al cubrirse, permite al locatario abrir como si nada hubiese pasado.
El temor que los operativos de inspección genera en los dueños de los negocios, ha contribuido a enrarecer el ambiente de esos antes muy gustados lugares, ya que para dar acceso a los comensales, primero los revisan cual vista aduanal, acto que incomoda a propios y extraños, sin omitir que se decomisan los productos de tabaco cual si fueran armas, sin embargo, los dueños finalmente pueden recuperar su tabaco al momento de retirarse.
Esta medida es para algunos recaudatoria, para otros, los que no fumamos tal vez muy conveniente, pero sin lugar a dudas, es para todos represiva, puede que al tiempo se vea con buenos ojos esa medida que pretende cuidar nuestra salud, pero por lo pronto afecta la presencia de clientes, también los ingresos de los empresarios y sin duda nuestra libertad de elegir.
Hoy Coahuila tiene en ciernes otra nueva ley, por desgracia no regula como la mayoría de las nuevas normas del Estado la forma de hacer algo, por el contrario, pretende una vez mas PROHIBIR, y ahora lo que niega es el derecho a que se interpreten “Narcocorridos” con el argumento de evitar la violencia que ese tipo de canciones produce, está medida es un escándalo, ya que no es conveniente que gobierno alguno le imponga a nadie lo que ha de salir de su boca, especialmente lo que quiera decir, pensar o cantar.
Tiempo atrás, el legislativo a propuesta de su pastor el ejecutivo estatal, eliminó la libertad de realizar juegos de azar en el territorio de Coahuila, supuestamente para evitar la ludopatía y lastimar al crimen organizado; después, limitó la capacidad de comprar bebidas alcohólicas en horarios determinados, según el para mantener la productividad; y últimamente eliminó la posibilidad de presenciar las tradicionales corridas de toros que distinguen a nuestra patria, con la historia de que es un espectáculo cruel con los animales, todo, apropiándose sin que nadie pare oreja, del sagrado derecho de limitar la libertad del pueblo. Sus caprichos y revanchas, buenas o no, polarizan y merman la libertad de elegir del pueblo que gobierna, podemos estar de acuerdo en que se evite que algunos molesten a otros por sus preferencias, pero resulta peligroso que sea fácil para los gobiernos limitar la libertad del pueblo. Para terminar recordemos las mas sabias palabras de Emiliano Zapata:
“Prefiero morir de pie, Que vivir arrodillado.”
Y tómelas en cuenta a la hora de defender el valor más importante del ser humano, su Libertad.
¡Que Dios Nos Bendiga!