Los eventos políticos recientes, confunden al respetable. Los analistas políticos, ya no son tan políticos y se atoran en los análisis. Están en conclave, tratando de descifrar el entuerto. Los agoreros del desastre dicen que por ahí viene la lumbre (desde Texas y España). Los mansos de corazón están bajo la cama. Quien gobierna, desgobierna. Los negocios desde el poder, mueven la brújula descompuesta. Por gandallas, se adelanta el reloj político en Coahuila.
Los ex gobernadores andan sueltos; hablan mucho y aparecen tanto (antes había reglas, las escritas y las de honor). El gobierno y el estado de las cosas: MegaDeuda, ruinas políticas, (los grupos enconados y saboteados), la sociedad harta, dolida, con odio y sed de venganza; dividida y golpeada en su base (La Familia).
Aun así… tantos quieren: la silla rota y el uniforme desgarrado; quieren las estrellas de la gorra que ya no tienen luz. Un gobierno hecho pedazos y un estado envuelto en la degradación y la vergüenza, por la ambición de Los Moreira. Y sobran aspirantes a la gubernatura. ¿Qué pasa, que alguien me explique?
Nunca como hoy, el cinismo galopa en caballo de hacienda por estos lares. Antes, había esperanza. Han vaciado los cajones, enajenado la tierra y hasta la dignidad y el honor del pueblo los han hurtado. ¿Y ahora quien podrá defendernos; se acabaron ya los valientes?
El miedo, el tanto miedo que los embarga por una “tan deseada como intrépida salida limpia”, los hace sagaces, los torna extraños. Se pelean y se contentan. ¿Están contentos o están enojados, sucumben o agandallan, quieren irse limpios o quieren heredar el mal? Parecen culpar al pueblo que, al darles el poder dos veces, habrá de quedarse callado ante tanta mentira, ante tanta canallada.
Los servicios prestados al gobierno y al partidazo, “fueron pagados”. Había un trato y fue cumplido. A eso vino hace días a Saltillo, Miguel Osorio Chong (segundo al mando en el país y puntero tricolor para la candidatura presidencial). En la agenda privada (para Rubén), dijo Osorio a Humberto; “estás aquí, ya no en España. Libre acá y no reo en aquellas tierras, que nos son extrañas a unos y te son familiares a ti, por tus inversiones. Somos de palabra. Cumplimos”.
“Te digo para terminar (aclaró la voz el Ministro del Interior y se enderezó en la silla el ex Gobernador y ex Jerarca del PRI), de mi parte y del Jefe: No hagas fiestas. Recuerda que concluyó nuestro trato y que estás libre. Pero, el horno no está para bollos. Y algo importante Humberto:
otros nunca estuvieron en el trato (ahí te hablan Rubén)”. Terminó la clandestina reunión, misma que fue filtrada por el profe.
Entendiendo lo que le convino, eufórico Humberto convoca a una reunión familiar (acudieron, la madre y los hermanos, sin faltar ninguno). Empieza con reclamos al hermano incómodo del hermano incómodo, “hace pactos” y celebra su libertad. Apoyarán a un aspirante de cada hermano (de los “dos ilustres”, son seis), y sacarán a la palestra a varios señuelos. Salir limpios es la única prioridad. Lo otro, es simple simulación y estrategia.
Ruben Moreira ha entendido bien desde el principio el problema: que salir limpios es salir juntos. O salen los dos sexenios, en aberrante paquete, o no salen bien ninguno. Entendido ello, hace lo necesario para alargar la salida de Humberto y su sexenio (de la MegaDeuda y de las otras deudas: fondos de pensiones y proveedores). Solapa Rubén la inmundicia del sexenio anterior porque se benefició más que el mismo hermano, de los negocios y del dinero fácil. Ello no quiere decir que se la ponga fácil a Beto y que luego sea el solo quien tenga que agacharse.
Las giras del desagravio de Humberto, y el supuesto agradecimiento a la gente ante su encarcelamiento, las amenazas de inscribirse para alguna candidatura y las valentonadas de dejar a Jericó Abarajo Masso de candidato a gobernador, son llamadas a misa que nadie oye. Ha incumplido tanto que manda hacer un monumento en el empobrecido pueblo de Nadadores para luego decir que los ejidatarios lo pagaron, porque lo aman. Ya quisieran comprar frijoles para comer o azúcar para los conitos de cajeta que venden a la pasada; es una burla más. Pero a más de eso, desgasta los recursos mediáticos con amenazas que nunca cumplirá y desoye los consejos (casi ordenes) de Osorio Chong, de no hacer olas.
No puede resurgir el humbertismo porque el efecto Moreira ha liquidado toda posibilidad familiar, no solo la de él mismo.
Así como este efecto Moreira, vulnera la carrera de la señora Carolina Viggiano por ser de Moreira, así Álvaro, Ariel y cualquier apellidado Moreira o de Moreira, están fritos. Es el caso de tantas rémoras del moreirismo que sucumbirán junto con ellos. Algunos colaboradores y cercanos fenecerán antes, porque ellos (Los Moreira), usan, cargan culpas y luego tiran (a la basura o a su suerte, pregunten a Jorge Torres y a Villarreal y tantos ex funcionarios).