¿Qué necesita Coahuila?

Coahuila es una tierra muy completa: Tiene historia, es de generales, de maestros, de abogados, de Ingenieros; en su gente hay valor y bonhomía, el subsuelo es basto y en el suelo hay fauna y flora inigualables. El desierto y el bosque son postales naturales envidia de tantos.

La lista es interminable para dar cuenta de lo que Coahuila posee, que le da ventajas competitivas contra cualquier otra entidad, dentro y fuera de México.

La gente de Coahuila es especialmente laboriosa y guerrera, los retos del desierto han forjado una raza fuerte y resuelta, y es que desde su arquetipo el coahuilense tiene madera de emprendedor. El coahuilteca (en el concepto actual del término), es ganador porque fue bendecido por el hacedor de las cosas.

El secuestro

Esta tierra bendita fue secuestrada hace 18 años por una familia de atracadores. Los Moreira.

El gobierno dejó de serlo para ser utilizado como negocio de oportunistas, como perverso vehículo de aventureros y como asociación delictuosa desde el poder “público”.

Coahuila fue saqueada en dinero y en imagen, es cierto, su esencia perdura, subyace su valor intrínseco porque es enorme, cuasi eterno. Pero está endeudada y ahora la sola mención de Coahuila evoca: corrupción, impunidad, ingobernabilidad y sociedad agachada.

Los desafíos

Un gobierno nuevo tiene Coahuila, uno que apenas cumple 89 días de intentar serlo y sobre todo, de parecerlo.

Este grupo político que arriba al poder, transitó en el anterior, en el de los indeseables. Hoy intenta deslindarse aun pareciendo “traidor” a los que lo empoderaron”, pero siendo congruente con lo que se juró… defender con honestidad los intereses de Coahuila.

Pero las muestras son confusas, un día se envalentona Manolo Jiménez y pone quieto al perverso Rubén (bien hecho), pero el otro se deja imponer candidaturas y nombramientos.

La ambición del moreirato, tentacular, es difícil de erradicar en tan corto tiempo, pero si se tiene voluntad la señal ha de ser clara y evidente, por salud política y social: ¡NO MÁS MOREIRA!

En Coahuila falta orden y decencia, pero el nuevo gobierno cuando habla de cambios es como los que ven el organigrama para hacerlos, se trata de reingeniería de procesos en la vida gubernamental, de principios morales de los servidores públicos y en la acción de gobierno.

Para rescatar el buen nombre de Coahuila ha menester arreglar el cuerpo y lavar la cara, “el hábito no hace al monje” de manera que Coahuila no requiere disfraces sino re encuentro y sanación, muda de costumbres y nuevos actores políticos para mejorar la comunidad entera.

Gobernabilidad

Carácter, sí, para enderezar el barco endeudado y robado, pero no cerrazón ni intransigencia en el modo de atender los problemas estatales, desde el gobierno.

Dejar los pleitos y los agandalles tricolores, sumar voluntades sin solo reducirlas a eventos políticos de Pacto Coahuila y Blindaje Electoral. La gobernabilidad exige decencia, ser serio y honrar la palabra.

Válvulas de escape político son necesarias para quitar el vapor a las cosas, si se ignoran los escapes el aire viciado contaminará el salón entero.

Obra pública y servicios son urgentes, rescate del campo y del desierto. Decencia gubernamental y no más mentiras ni negocios al amparo del poder. Adiós a la maldad y bienvenidas las formas cordiales e incluyentes.

Abrir la deuda, pagar la deuda y despedir a los que “manejaban” las finanzas, aún recién recontratados.

Justicia expedita y cero impunidad, para ello, cambiar las fiscalías y las dependencias afines, en los 3 poderes y erradicar los favoritismos y los amiguismos.

Conmigo: Todo o nada”.

¿A pasos de gigante o a pisadas de elefante? Cuando un gigante (imaginario) da zancadas un elefante (real) pisa lento y destructor, ¿de cuál tipo somos, desde el gobierno?

Los grupos sociales empujados desde el nuevo gobierno, al escenario terminante: de “conmigo todo o nada”, no se acaban de integrar al modelo de gobierno que se impone a fuerza de posturas infranqueables.

Duras, dogmáticas, de hacer electoral toda la actividad de gobierno e inclusive imponer y dominar los entes gremiales y universitarios, con el sello PRI y en vista a las elecciones.

“Estás conmigo o contra mí”, miren cómo se va pareciendo el manolismo a lo que se crítica del obradorismo. Fuera Moreira y luego vamos viendo.

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