¡Que ya se vaya Peña Nieto!

Cavando un pozo cada vez mas hondo. Y metido él, en el, y hundidos todos hasta el zoquete. Enlodados por este canalla, contaminados por su hedor a sangre y muerte, a impunidad y guarida de ladrones.

Hundiendo a México bajo el nivel, cada vez más profundo. Enterrando el prestigio nacional bajo toneladas de deshonor. Soltando demonios y malvados hasta contaminar todo el espectro de inmundicia. Dejando evidente lo peor de nosotros y mostrando sus miserias humanas y espirituales.

Eso ha hecho y más, el enterrador Peña Nieto… ¡Que ya se vaya!

La víspera

Eternos tres meses restan para acabar este fatal sexenio. Criminal y corrupto.

Que lejos se ve el final y está tan cerca. Y es que la salida ha resultado cínica y bestialmente ladrona. Los números del desfalco solo vía Rosario Robles, son vomitivos. Pero…

¿Y PEMEX, y SCT, y SEDESOL, y SEDATU, y SHCP, y SAGARPA, y las universidades, y el AICM, y Las Casas Blancas, y Odebrecht, y OHL, y Deschamps, y Gordillo, y Los Moreira, y Los Duarte, y Los Medina, y Borge, y el Salinas-PRI, y los sobornos de proveedores y criminales, y tantos?

Los millones, miles de ellos siguen saliendo a la luz en cuanto a las formas de robárselos. Ningún presupuesto fue respetado. Les gustan los millones de todos sabores. Si son de salud popular, de educación rural, de apoyo al campo, de desarrollo social, son más apetitosos para estos trogloditas sin madre.

Las culpas y los culpables

Los acérrimos defensores de AMLO, ante todo asunto cuestionable argumentan “López Obrador no es Presidente aun, la culpa es de Peña, es quien toma las decisiones en el país”.

El cambio de gobierno es el 1 de diciembre, pero, en la historia política reciente, nunca hubo como ahora, un Presidente Electo tan fuerte y hegemónico. Nunca uno que ya mandara, se admita o no, y que tuviese un férreo control del Congreso, ya en funciones. Que nada escapa de su control y cedazo.

Si todas las culpas sexenales y de esta Entrega Recepción, son de Peña Nieto… ¡Que ya se vaya!

Que suelte todo bártulo del poder y nos deje exigir cuentas a quien corresponda (que según la muchedumbre es él). Y si no todas son de Enrique Peña y cosas ocultas le impiden aclarar, entonces… ¡Que ya se vaya Peña Nieto!, para que la claridad regrese y “en su nombre” o tras bambalinas, no se actúe.

En pedazos

En trozos queda el país.

Dividida y fragmentada, enfrentada queda la sociedad mexicana luego de un sexenio de mentiras y traiciones. Tantos encabronados buscando tablas de salvación y tomando la más cercana, la esperanzadora.

Nada quedó a salvo, todo lo tocado fue ensuciado, todo fue desgraciado. Ni un solo índice eficaz, ningún indicador eficiente. Los sectores económicos y financieros están desquiciados. Los precios altos y la paridad devaluada. Los energéticos y los costos siguen subiendo y los mercados volando.

La pobreza creciente y provocada, es la Herencia Maldita.

¿Quién detiene la sangría, quien que no se sienta fraile del perdón o sea cómplice del crimen nacional?

El daño está hecho y aquí sigue Peña Nieto… ¡Que ya se vaya!

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