Recortes y prioridades

Con el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, (a 5 días de cumplir 6 meses), el estilo de gobernar y las prioridades que cambian, han motivado las críticas en redes sociales y en voz de personajes.

La gente sabía que las cosas serían distintas bajo el poder de AMLO y de MORENA. 30 millones quisieron que todo cambiara, aún radicalmente.

Las prioridades programáticas y políticas y los recortes presupuestales derivados de ellas, son hoy el tema más controversial en la gestión federal.

¿Todo es por pisar cayos en vicios arraigados y cofradías criminales (vicios que ya no deben continuar porque han dañado al país) o también hay bandazos que no se justifican y encrespan el ánimo social, que dividen a la sociedad y opacan el arranque del sexenio?

La historia reciente, resentida

EL PRI

90 años del PRI nunca fueron suficientes para construir un cambio. Los políticos de esa marca y de esa usanza, no cambian, toda vez, se radicalizan.

La corrupción fue escalando alturas insospechadas. Nunca fue suficiente el robar, siempre quieren más los del PRI. No contentos con desvalijar a las ciudades, estados y al país, se alían con criminales y lavan dinero.  

La impunidad, madre de la corrupción, es la cara del PRI y de los priistas.

La era más corrupta de que se tenga memoria, es esta culminada de Enrique Peña Nieto y la generación podrida de gobernadores. Un robadero inmisericorde, gandalla e impune al puro estilo PRI.

El PAN

El PAN, peleó contra el bloque tricolor, como segunda fuerza nacional y luego de 70 años de hegemonía PRI, logró llegar al poder. Prometió un cambio total y ello le hizo ligar un sexenio más.

Los dos expresidentes quisieron hacer presidentas a sus esposas, uno sucediéndolo y el otro, solo con un sexenio de por medio. Esa democracia que pregonaron no aplicaba en casa.

Pero algo pasó, no cuajaron los cambios, la gente no entendió que la sola forma de gobernar hacia la derecha fuese suficiente para continuar con esa idea, con esa ideología. Los dos expresidentes panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón, se alejaron del PAN y del panismo, partido e ideología que los llevó al poder.

El PRI, “haiga sido como haiga sido”, recobró el poder federal y se dedicó a saquear como nunca antes. El PAN no dejaba claro si era oposición o aliado.

Fox y Calderón, se unieron al candidato del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, justificándose con “que López Obrador era un peligro para México”.

Perdió el PRI y perdieron esos aliados conveniencieros. Felipe Calderón formó otro partido (de su esposa) y se separa del PRI y del PAN.

MORENA

Hoy MORENA es gobierno.

Prometió acabar con la corrupción y justifica los recortes presupuestales con esa promesa… “Donde hay desfondes como en las guarderías, se cancela todo el programa (y el fondo)”.

“México será otro, no habrá corrupción, la salud será como en Canadá, no habrá ninis en 3 años, bajará el costo de combustibles, y todo sin enjuiciar a nadie”.

AMLO confía en sus proyectos, se abandona en sus asesores y se apalanca con sus chairos (fieles y aguantadores).

Pero como son proyectos caros y tardados,  usa atajos a la transparencia y a la norma, asignándolos en vez de licitarlos. Haciendo empresa al gobierno y fondeándolos mediante recortes a renglones de salud y educación (becas, combate al cáncer, plazas de médicos y presupuesto a medicinas, por ejemplo).

Las contradicciones

Pactar con Trump que México y Canadá (y los gringos) aporten 30,000 millones de dólares anuales cada uno, para financiar proyectos productivos en Centroamérica, pretendiendo disminuir la migración sureña a Estados Unidos, cayó muy mal a los recortados de presupuesto en México.

Tampoco gustó a los protagónicos en redes sociales ni a los críticos de la 4T.

Luego se dio la reunión con la LMB (Liga Mexicana de Beisbol) y el anuncio de que López Obrador ofreció 500 millones al año para promover este deporte, popularmente.

Ayudar a los migrantes y fomentar el deporte llanero, son buenas ideas, pero dejar sin recurso a renglones sensibles, por lo otro, no es para nada un orden de prioridades que los opositores vean como acertado.

Si agregamos que México fue saqueado y que los programas sociales fueron el botín de los políticos desalmados y que el Presidente López, unilateralmente decidió “corregir el desorden pero no juzgar a nadie”, entonces el malhumor social se desata, las críticas sectoriales se radicalizan y el gobierno, se sujeta fuerte de sus aplaudidores, para esquivar las olas.

¡Sólo nos falta tiempo!

Un moreno en el gabinete asegura que todo va bien, que “solo falta tiempo para que todo cuaje y los resultados sean tangibles”

Pero la economía no entiende de política ni de tiempos estratégicos. La paridad está volátil, la inflación ronda el 5%, el PIB decrece, hay que atajar el capital nacional que se va y rogar a la IED que se rezaga, cautelosa y desconfiada. La expectativa de crecimiento baja, es recortada una y otra vez.

Un NAIM en Santa Lucía, una nueva refinería en Dos Bocas, un Tren Maya en la selva, un transístmico y otras ideas enormes, no completan con todo el presupuesto sexenal para financiarse.

Cierto que, aun con las cancelaciones (como Texcoco), las tardanzas en iniciar, lo desaseado de los procesos y las decisiones presupuestales para fondearlos, una vez que haya avances de obra, el alivio al empleo y la derrama por la obra social, comenzarán a ser benéficos.

Pero eso tarda y mucho, pero eso cuesta billones. Pero empieza a desesperarse el auditorio.

Si al mismo tiempo que se inicia lo tardado y costoso, se recobrara todo el dinero robado y se castigara a los ladrones, el tiempo por transcurrir para los cambios y golpes de timón, sería más tolerable.

Recortes y prioridades

Enterados de que “se inhabilita por 10 años para ejercer cargos públicos al ex director de PEMEX”, una esperanza resurge, una tan tímida como el castiguito a un pillo que a los 40 años de edad ya no necesita trabajar por el enriquecimiento exprés.

Peces gordos en la cárcel y prioridades sociales desde el gobierno, para sacar a México de la pobreza y el atraso, son la recomendación.

  • Luz de la casa y si fuera necesario, oscuridad afuera. México primero y primero lo esencial.
  • El presupuesto acentuado en la salud, la educación y el combate a la pobreza del campo y las periferias.
  • Las grandes obras, financiadas con crédito y concesiones transparentes (no con el presupuesto que se requiere para corregir el atraso social).
  • El gobierno a gobernar y a dirigir el cambio.
  • Los empresarios, aliados del gobierno y no cómplices del desastre (como antes), a concursar obras, y como expertos, con honestidad, reconstruir a México.
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