Ni inversión ni eficiencia.
El Registro Público de la Propiedad y el Comercio en Coahuila, sucumbe a la ineficacia, a la ineficiencia y a la corrupción. Los directivos son solo cómplices de una administración estatal que ordena ocultar las transacciones indebidas de los últimos doce años (del moreirato).
El hijo del líder de la CNC (Ramón Verduzco) “lo dirige” y el sobrino de Marucha Monsiváis Guajardo (otro Guajardo), es el operador local. Verduzco Arguelles era el director jurídico del PRI, de expertiz en la delicada y conflictiva área, no hay nada. Guajardo, solo reporta a la tía (LadyCobijas).
El tráfico de influencias y la venta de prioridades, es el modus operandi. Pero claro, nada antes que la prioridad en los “sótanos del Registro”… la enderezada de carpetas, de expedientes y de altas y bajas, el borrado de gravámenes y la habilitación de no gravámenes, son los encargos que soslayan el resto de la actividad regular, acción que colapsa la economía estatal.
Regularizar compraventas y despachos irregulares, es la tarea titánica. Hacer regular lo irregular, mágicamente (distraer del rastro de “los prestanombres y de las adjudicaciones violentas por grupos criminales”, son estas minucias jurídicas, que violan toda norma y decencia).
¿Dónde están los 300 millones que dice el gobierno que invirtió para su “modernización”?
Los trabajadores (entrevistados, que piden anonimato) dan muestra de la obsolescencia del equipo, de la lentitud en los trámites, del rezago en la actualización, de la corrupción que sube una cédula sobre la bandeja de los registradores. Muchos registradores no tienen idea de cómo trabajar ahí, son novatos o acomodados. Malos para la chamba pero excelentes para cobrar por fuera “los encargos de algunos Notarios fraudulentos”.
El prestigiado periódico El Norte ha publicado dos crónicas de investigación sobre la “lentitud conveniente” en el Registro y de los actos evidentes de corrupción al interior de las oficinas estatales en Coahuila (sus oficinas en Saltillo, Torreón, Monclova, etc.). Rezagos de años, aun con el grito en el cielo que han puesto las cámaras de empresarios, afectados por la lenta actualización de compra ventas y demás actos de su competencia, que deben agilizar la vida económica de las ciudades, y que, por el contario, la detienen.
El Colegio de Notarios de Coahuila ha dejado claro que no hay razón técnica ni lógica para que el rezago continúe y las prácticas de corrupción interna vayan en aumento, al grado de entorpecer y encarecer los procesos y afectar gravemente la dinámica económica en el estado.
Han dicho que ante las constantes declaraciones del gobierno de que “todo camina bien y no hay rezago”, y de ellos, de contradecirlos (en la práctica), terminaron por acostumbrarse al mal servicio, a la lentitud en los trámites. Aunque no dejan de lamentar el hecho y la “inexplicable actitud del gobierno”.
“Algunos Desarrolladores, Agentes y Promotores Inmobiliarios, así como Notarios, se ven en la necesidad de solicitar se “agilicen los trámites para servir a sus clientes”, y el medio es la gratificación obligada (estas mordidas son de miles y miles de pesos, cada una, según la importancia del trámite)”.
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