Rescatar la memoria histórica de Saltillo

En los últimos 85 años, la población de Saltillo creció más de 14 veces, de 60 mil a 860 mil habitantes, dando lugar al incremento de la superficie impermeable en las zonas urbanas, debido a la construcción de calles pavimentadas y viviendas, y a un mayor número de espacios sociales, culturales, comerciales y de servicio, lo cual ha tenido un impacto muy importante sobre el sistema de drenaje pluvial de la ciudad, afectando su funcionamiento y superando en muchos casos las condiciones para las que fue diseñado, aumentando los riesgos de inundación en las áreas bajas al norte de la ciudad, ocasionando importantes problemas y pérdidas económicas, sin que ningún Alcalde, pasados o presente se preocuparan por construir un verdadero drenaje pluvial.

Nuestro Centro Histórico es una vergüenza: de ser el centro geográfico, político y social de la ciudad, se ha convertido en un tianguis barato, donde predominan zapaterías y venta de misceláneos. Esto a causa del abandono y falta de interés, tanto de la Junta de Protección y Conservación de Centro Histórico de Saltillo, como de los Alcaldes en turno. El personal del área responsable de la administración del CH se ha reducido a solamente 6 personas, incluyendo una secretaria y un inspector. En la mayor parte del primer cuadro—con algunas excepciones—el panorama es desolador: banquetas imposibles de transitar, fachadas en pésimas condiciones, terrenos baldíos y casas abandonadas a punto de desplomarse.  

Y ahora, a Manolo lo único que se le ha ocurrido es destruir el mirador histórico, colocando una torre en contra de la voluntad ciudadana, violentando el reglamento del propio centro histórico y alterando una parte importante del paisaje y de la historia. Por supuesto que Manolo desconoce la historia antigua y reciente del centro histórico, porque él es nacido en el norte de la ciudad y eso que esta administración es “la más ciudadana en la historia”—según él. ¿Qué pasaría si no lo fuera?  

Yo le pregunto al Presidente Municipal y a los integrantes de la Junta: ¿Por qué ese abandono y apatía hacia el corazón de la ciudad? ¿Acaso no consideran importante cuidar lo que nos dio origen como ciudad capital del estado? ¿No se han dado cuenta que nos hemos quedado muy atrás de otras ciudades como Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y Colima, por mencionar algunas cuyo centro histórico es un orgullo para sus habitantes? El de Saltillo ha sido motivo de una sistemática destrucción con el consentimiento de nuestras autoridades. 

Los centros históricos requieren el diseño de políticas públicas, porque ya sabemos lo que ocurre cuando se deja operar libremente a las fuerzas del mercado: se produce una transmisión generacional (herencia) o entre particulares que tiende a la concentración y en muchos casos a una mal entendida “modernización” de la propiedad. El centro histórico debe ser un bien público, con la supervisión de la ciudadanía y el gobierno.

Invito a quienes lean este artículo, a que den un paseo a pie o en auto por el centro de Saltillo. Es difícil caminar por algunas de sus calles, además no se antoja hacerlo por la suciedad y deterioro del paisaje. Las calles de Obregón, Xicoténcatl, Zaragoza, Hidalgo, Bravo, y General Cepeda, principalmente, cuentan con casas que fueron señoriales, pero cuya fachada se encuentra total o parcialmente destruida. La calle de Victoria icono de la historia social de la ciudad, ha sido totalmente transformada en una calle comercial cualquiera. 

Humberto Moreira le dio una mano de gato a la calle de Victoria, colocando piso blanco en las banquetas, las cuales ahora están más sucias que el traspatio del rastro. Jericó trató de prohibir arbitrariamente el tráfico de vehículos por la calle de Victoria, con la idea de colocar una fila de fuentes saltarinas en el medio. Idea de los niños del cabildo infantil.

Por todo lo anterior, sería deseable que el próximo alcalde de Saltillo, empezara a  reconstruir la memoria histórica de Saltillo y de los saltillenses. Para esto, deberá: cambiar a los integrantes de la Junta de Protección y Conservación del Centro Histórico; actualizar el reglamento que tiene más de siete años y elaborar un Plan de Manejo que permita ser el detonador de un nuevo esquema de ciudad; renovar la nomenclatura; corregir áreas donde se ocasionan embotellamientos; nombrar a un verdadero Cronista de la ciudad y no tener una simulación de cronista que se ocupa de contar la historia con chistes pelados; y que se integre el Consejo de la Crónica municipal, como existe en muchas ciudades del país, con cronistas especializados en temas como: Patrimonio cultural tangible/intangible, arquitectura, edificios, construcciones, etc; historia de las intervenciones militares; historia de la educación; de la tauromaquia. Grupos subalternos —negros, indios, migrantes, etc. 

El próximo Alcalde de Saltillo, deberá de recuperar los espacios públicos y rescatar verdaderamente las plazas, —especialmente las ubicadas en las colonias populares— y revitalizar los barrios y mercados, para que sean integradores sociales y permitan mejorar la calidad de vida y la dignidad de las personas. 

Para esto se necesita que exista no solo voluntad política, sino emprendimiento y sensibilidad social, por eso debemos de apoyar al candidato de Morena, Armando Guadiana.

Rodolfo Garza Gutiérrez

rodolfogarzag630@gmail.com

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