La hora más oscura es sin duda un minuto antes del amanecer.
Los cambios no son instantáneos en la vida, pero la lucha por salir adelante siempre hace que los grandes saltos cuánticos de la humanidad suceden justo después de experiencias traumáticas, de desalientos prolongados y cuando la desesperanza amenaza con nublar completamente el horizonte.
Los mexicanos hemos sufrido la incapacidad de un gobernante cuyo liderazgo es absolutamente nulo; nos golpean los injustos embates de un candidato a presidente de nuestro poderoso vecino, quien nos rebaja a todos al grado de delincuentes y nos amenaza con actos que atentan contra nuestra dignidad al reducirnos en conjunto y contra nuestra integridad física al sugerir la posibilidad de la guerra misma.
La ansiedad de ver al más poderoso país cultivando un aberrante repudio hacia nuestra gente intimida y espanta, pero aderezado con el desmoronamiento de nuestra economía por los erráticos actos de un gobierno incapaz, destruye nuestra moral y nos enerva.
Como si hubiésemos regresado al pasado, de nuevo se observa la devaluación rampante de nuestra moneda; también vemos que el encarecimiento de la vida oprime a la clase media llevándola a la pobreza; Otra vez el endeudamiento alocado del gobierno apunta a crisis de largo término; y para cerrar el capítulo, la falta de inversión interna demuele a nuestros negocios nacionales; Nuevamente a nuestros pobladores no les alcanza con lo que ganan para adquirir lo básico y mientras los descarados ladrones. “Ex servidores públicos” retozan alegremente entre millones de dólares burlándose del pueblo, de la sociedad y de todo lo que nos queda de orgullo, usando el dinero que pagamos en forma de impuestos para arrastrar a los más pobres entre los pobres hacia la dádiva que compra el único patrimonio con el que cuentan, un cochino voto de hambre, que se entrega por un taco que distrae el hambre solo un minuto y luego solo sirve para eructar vergüenza.
Como todo, después de la tempestad viene la calma, sin duda aún faltan tempestades por afrontar, sin embargo, esperamos anhelantes la luz prometida, confiamos en la flamígera espada del destino que sin duda alcanzará al injusto cercenando irremediablemente su cabeza y plantándola con rabia ante el ofendido, quien magnánimo la entierra para siempre, dejándola perdida en el olvido de donde nunca emergerá.
Hoy levantemos la mirada ante estas catástrofes de la humanidad, eliminemos la desgracia del racismo y la intolerancia, exaltemos el trabajo y luchemos por la justicia, evitando la impunidad y asegurando el pago de las cuentas pendientes; hagámoslo porque la vida nos llama a develar la luz y despertar la conciencia, vamos por la patria de nuestros hijos, por la seguridad de los pequeños y por la tranquilidad de todos ¡México lo exige! ¡Los mexicanos lo gritamos! Vamos por la nueva independencia, aquella que nos librará del hampa, de los malos gobiernos, pero ante todo de la abulia y el desinterés, vamos alegres y confiados, con la poderosa guía de lo justo que aún cuando no abunda existe, porque con la conciencia de hacer lo correcto, la gloria es nuestra.
Que Dios Nos Bendiga!
hlaredom@gmail.com
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