Las elecciones a mitad de mandato en Estados Unidos han terminado, aunque el recuento de votos continúa en muchos lugares con varias carreras aún sin determinar, y los resultados, hasta ahora, no fueron lo que la mayoría de los analistas políticos esperaban, con sorpresas entre los ganadores y perdedores.
Los demócratas, que esperaban sufrir pérdidas considerables en la Cámara de Representantes, parecen haber resistido, pero todavía parece probable que acaben siendo minoría.
El Senado pende de un hilo, ya que los demócratas han obtenido un solo escaño –en Pensilvania– y todas las miradas están puestas en Arizona, Georgia, Nevada y Wisconsin, Estados en donde el recuento sigue demasiado cerrado como para identificar a un ganador.
Estos son algunos de los principales ganadores y perdedores de las elecciones a mitad de período hasta el momento. A medida que se vayan conociendo más resultados, se actualizará con quiénes hayan tenido buenas jornadas electorales y quiénes se irán decepcionados.
GANADORES
Ron DeSantis: en una noche en general decepcionante para los republicanos, el gobernador de Florida tuvo uno de los desempeños más brillantes para el partido. Aplastó absolutamente al exgobernador demócrata Charlie Crist para ganar un segundo mandato. La victoria —y el margen por el que ganó— bien podría servir como un trampolín para las esperanzas presidenciales de DeSantis, ya que le permite utilizar el argumento de que podrá hacer a nivel nacional lo que acaba de hacer en Florida. DeSantis llegó a amplias conclusiones tras su victoria, calificándola de “victoria para los libros de historia” y presentando a Florida como el estado “donde la cultura woke va a morir”. DeSantis es claramente, tras este resultado, un político con impulso y ahora el Partido Republicano espera ver lo que hará a continuación.
Josh Shapiro: si se busca quién podría ser la próxima estrellas de rock del Partido Demócrata, bien podría uno detenerse frente a Shapiro, que ganó cómodamente la carrera a gobernador de Pensilvania este martes. Shapiro es elocuente, brillante y tiene un atractivo claramente demostrado entre los votantes de un estado indeciso. La victoria de Shapiro es también una victoria para la seguridad electoral. El gobernador de Pensilvania nombrará al jefe de las elecciones del estado, y el oponente de Shapiro —el republicano Doug Mastriano— era un negador de las elecciones de 2020, en las que Biden se impuso a Trump.
Marjorie Taylor Greene: si los republicanos hubieran arrasado en las elecciones, como tantos de ellos predecían en las semanas previas, el partido estaría en camino a asegurase una mayoría sólida del Congreso. Pero eso no es lo que parece estar ocurriendo a nivel nacional en Estados Unidos. El resultado más probable —y todavía hay muchas elecciones clave cuyo resultado no está claro— parece ser una estrecha mayoría republicana. Eso sería una gran noticia para Greene y sus compañeros del Freedom Caucus —un subgrupo que reune a los republicanos más conservadores— de la Cámara de Representantes. Dado que ese grupo representa un sólido bloque de votos, Greene y los suyos podrían mantener su apoyo a los líderes republicanos para obtener concesiones y ganar influencia. En ese escenario, el republicano que se convierta en presidente de la Cámara de Representantes —siendo Kevin McCarthy el favorito— tendría que asegurarse de estar bien con el Freedom Caucus antes de cualquier votación importante.
Simon Rosenberg: veterano estratega demócrata, Rosenberg le decía a cualquiera que quisiera escuchar que el aparente movimiento del electorado hacia los republicanos en las últimas semanas era engañoso, alimentado por una serie de encuestas patrocinadas por los republicanos que movieron los promedios de intención de votos en una dirección más favorable para el Partido Republicano. Tenía razón.
PERDEDORES
Donald Trump: es difícil imaginar que las cosas vayan peor para el expresidente luego de las elecciones de este martes. Los republicanos no arrasaron en el país y el ascenso de DeSantis fue uno de los grandes hitos de la jornada electoral. (Por no mencionar el hecho de que el gobernador de Georgia, Brian Kemp, y el secretario de Estado, Brad Raffensperger, dos republicanos que han atraído la ira de Trump, ganaron sus respectivas reelecciones). Y se nota que Trump se está poniendo nervioso con DeSantis, tratando de advertirle sobre una posible participación en la carrera presidencial de 2024. No creo que nada incluidos los resultados de la noche de este martes vaya a cambiar la trayectoria de Trump en 2024. Pero a pesar de todas sus bravatas (y habrá muchas), está claro que el martes no fue la noche que Trump esperaba.
Beto O’Rourke: O’Rourke se quedó corto en su intento de desafiar al gobernador de Texas, Greg Abbott, este martes por la noche, lo que significa que ahora ha perdido tres elecciones consecutivas: 1) La carrera al Senado de 2018 contra Ted Cruz; 2) las primarias presidenciales demócratas de 2020; 3) la carrera a gobernador de 2022. En política, como en el béisbol, suelen ser tres strikes y estás fuera. Es difícil ver que O’Rourke se presente de forma creíble a otro cargo a corto plazo, un notable golpe para alguien que era considerado una estrella demócrata en ascenso hace apenas unos años.
Stacey Abrams: hablando de estrellas que se han desvanecido, la demócrata de Georgia perdió la carrera por la gobernación de manera convincente, ya que fue incapaz de replicar la coalición que la llevó cerca de la victoria hace cuatro años. Abrams, que emergió de esa primera carrera como un estrella ascendente entre los demócratas a nivel nacional, parece ahora mucho menos impresionante. Y con dos derrotas en sus dos carreras más recientes, es difícil ver por dónde empieza su regreso a la política.
Kevin McCarthy: sí, es un poco extraño señalar como perdedor al hombre que podría estar en línea para ser el próximo presidente de la Cámara de Representantes. Pero hay que considerar el predicamento que McCarthy enfrentaría si los republicanos ganan el control de la Cámara de Representantes y él es elegido para liderar el partido: una mayoría potencialmente estrecha controlada —o al menos fuertemente influenciada— por los elementos más conservadores y extremistas de su partido. (Esas fuerzas mantendrían una influencia significativa sobre cada voto que McCarthy intentara realizar. Conseguir cualquier cosa —y mucho menos hacer las cosas que el Freedom Caucus de la Cámara de Representantes podría presionar, como la impugnación del presidente Joe Biden— sería una tarea difícil.
La presencia republicana en el Senado: en la recta final de la campaña, algunos estrategas republicanos del Senado sugirieron que podrían competir seriaemnte en tres estados —New Hampshire, Colorado y Washington—, y que de esa forma estarían más cerca de ganar la mayoría. Pero ninguna de las tres contiendas electorales terminó siendo tan reñida como esperaban, y los demócratas no sólo ganaron en esos Estados, sino que, en la mañana del hoy, llevaban una ventaja de dos dígitos.
Negacionistas de las elecciones: Varios negacionistas de las elecciones de 2020 de alto perfil que se presentaban como candidatos a gobernador en todo el país salieron perdiendo. En Michigan, Tudor Dixon se quedó corto. En Wisconsin, Tim Michels perdió. Mastriano perdió en Pensilvania. También Dan Cox en Maryland. Y Darren Bailey en Illinois.
Aunque CNN no cerrado el resultado de la carrera a gobernador de Arizona, la republicana Kari Lake también va por detrás.
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