Rubén Moreira quiso, a su estilo, agandallar en el CEN del PRI.
Con la ayuda de Clavillazo, ya destituido del CEN (pero pluri) y de Videgaray (Canciller y asesor principal de EPN), ambos por los millones recibidos (dinero robado de Coahuila), pretendió sacar de la jugada a Claudia Ruiz Massieu Salinas. Le advirtieron lo que ya sabía (es gandalla no tonto), que se estaba metiendo a la cocina de Carlos Salinas.
Soberbio él, retó la marca.
¡Sucumbió en el intento! Pidió a ayuda a su socio de negocios sucios y “odiado hermano”, Humberto Moreira, para que intercediera ante el innombrable.
Humberto le dijo que no.
Que era un suicidio para ambos el atravesarse con la sobrina consentida, la hija que nunca tuvo (Claudia). Que además (le argumentaba el Bailador al Gordo Fachas), aunque Salinas lo hubiera señalado dirigente, la salida abrupta del CEN, en aquella época, no había dejado las cosas bien con el Tlatoani.
Fuera del PRI
Le recetaron a Rubén un estate quieto. O, “te mandamos a los perros”.
Un cese fulminante a la efímera secretaría general que apenas disfrutaba, escalada solo por estatutario escalafón, 30 días antes (que no acalla un tuit llorón), fue siquiera un atisbo de lo que podía venir. Sumiso reculó.
Claudia, la dirigente (interina entonces) y Presidente Nacional ahora), contestó caustica el tuit. Rudeza innecesaria dicen el fútbol americano. Acá, fue un útil acento a la nota.
La revancha carnal
Rubén, otra vez a sus estilo, montó en cólera y ordenó a su putativo Riquelme, arremeter contra las cabezas visibles del humbertismo en Coahuila.
Una y otra ves nos han engañado con pleitos fingidos, pero algunas ocasiones hay en esa historia de canibalismo, que son reales. Aquella del lamentable escenario (y hecho) del hijo asesinado, y está, quizás y solo quizás, son una de ellas.
Que Samuel se va del Congreso, que Tobías se robó 20 millones por cobrar libros gratuitos en el CECYTE. Que ni por asomo tomará la inservible dirigencia del PRI-Coahuila un humbertista, menos que ninguno, Jericó el perdedor. Que no habrá partiditos chatarra para Bailador y su hijo. Etc.
Salinas manda, las ruinas
Ruinas del PRI: Que son tricolores (como la bandera nacional) y que dicen, orondos y cínicos, que abraza el espíritu revolucionario. Que es emblema de democracia y de justicia social.
Ah, qué cosa: ¡Cuánta mentira en un solo emblema!
Ni revolución vigente, ni democracia interna (Claudita Salinas es “nueva Dirigente Nacional”… electa por su tío). Y de justicia ni hablamos, en México no existe tan elemental herramienta de orden social, no ven que el estado de derecho es un asunto irrelevante en la realidad nacional. Menos existe la “justicia social”.
Ante la confusión y el caos, Carlos Salinas ha tomado por asalto las ruinas dinosáuricas, esas que aún se llaman PRI. Y luego de las declaraciones de Peña de que “la candidatura de Meade no jaló”, no hay timón para darle un golpe porque no hay barco para navegar.
Y la mar, tiñe de un MORENA oscuro.
Mentiras y mentirosos
“Salinas y Los Moreira”, es solo un título elocuente de este artículo despistado.
No existe ya una alianza de ese calado. Salinas y Moreira, sí, cuando había dinero ajeno para dar. Ahora solo hay ambiciones ilegítimas.
Si Salinas es un capo. Si Salinas es un ladrón de alances internacionales. Si Salinas es controlador y cínico. Él NO QUIERE COMPETENCIA.
¡Adiós Moreira, ces´t fini… Moreirato!