La capital del estado llega hoy a su 440 aniversario, inmersa en un pasado rico en historia donde convivieron varias etnias y considerada actualmente como una de las mejores ciudades para vivir.
Saltillo fue fundada con la llegada de españoles vascos y portugueses, al mando de Alberto del Canto, quien
bautizó al pequeño pedazo de tierra como la “Villa de Santiago” alrededor del año 1577.
Las tribus nómadas, huachichiles y borrados se resistieron a la invasión, sin embargo años más tarde llegaron 91 familias tlaxcaltecas que formaron San Esteban de la Nueva Tlaxcala.
La historia cuenta, que Saltillo no sólo ha recibido a una gran cantidad de migrantes con el paso de los años. También señala, que además provocó la migración que eventualmente contribuyó a la fundación de otros lugares importantes como Monterrey, Monclova, Bustamante, General Cepeda y San Antonio, Texas; actividad por la cual, ambas villas de aquel entonces han obtenido el sobrenombre de “La Llave de Tierra Adentro”.
En 1824, la Villa de Santiago cambió el nombre a Leona Vicario, y San Esteban de la Nueva Tlaxcala a Villalongín, y poco después se unieron formando Ciudad Leona Vicario, donde los españoles subordinaron el gobierno, conllevando a la pérdida de tierras tlaxcaltecas, pero abriendo pie a más mestizaje.
La ciudad, según algunas voces, todavía es catalogada como una de las grandes conservadoras en el territorio coahuilense.
Fue a finales de los 70, cuando en Saltillo comenzó el auge de la industria automotriz, las nuevas modas, la tecnología, el boom de la televisión y el apego a la industrialización que atrajo a norteamericanos, franceses, alemanes, indios y coreanos.
Por otro lado la fundación de la Universidad Autónoma de Coahuila le dio el rostro joven a la migración de estudiantes de toda la entidad, e incluso de otras partes de la República.
Las cifras del INEGI, indican que anualmente llegan a Coahuila poco más de 70 mil migrantes de todas partes del País, y por lo menos el 40% de ellos, escoge Saltillo como su primera opción.