Saltillo ha recibido al menos a dos mil personas refugiadas de 2017 a la fecha, de acuerdo con el programa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); sin embargo, activistas anticipan que es complicado que lleguen afganos que huyen del régimen del Talibán.
La Casa del Migrante de Saltillo dio a conocer que esto sucedió a raíz del programa piloto en el cual Acnur y la capital coahuilense firmaron una serie de convenios para que las personas refugiadas en el país tuvieran un acceso adecuado a derechos laborales, de seguridad y convivencia como cualquier otra persona en el país.
De acuerdo con Alberto Xicoténcatl, director de la organización, estas dos mil personas han solicitado refugio provenientes de países de Centroamérica y Sudamérica como Honduras y Venezuela, en busca de nuevas oportunidades y saliendo por cuestiones ya sea de violencia extrema o por violencia política.
Este programa implica que las personas refugiadas tengan ingresos, educación, empleo formal, y con ello, a la par tengan la misma serie de obligaciones que cualquier persona en el país como es la paga de impuestos.
Incluso, aseguró que la iniciativa privada ha estado contenta con los resultados que han dado las poblaciones refugiadas en la mano de obra, así como en otras actividades.
Xicoténcatl informó que en un estudio reciente se vio reflejado que este esquema que empieza como migración forzada, se está subsidiando con el pago de impuestos, la misma manutención de las instituciones que realizan sus trámites; es decir, que no están generando un costo extra para las arcas públicas del país.
Respecto a las solicitudes que se han anunciado a nivel internacional sobre personas que buscan salir de Afganistán, Alberto Xicoténcatl, dice que es complicado que las personas acudieran hasta esta región del país.
“No es algo que como país estemos acostumbrados, pero es algo que tiene que empezar a construirse”.