Prometer sin recato, ofrecer lo incumplible, no es hacer política ni es ético. La desesperación de los partidos y candidatos que ven alejadas sus posibilidades electorales los hace cometer imprudencias que bien pueden ser calificadas de “sorprender al elector”, con promesas falsas.
Es el caso del Partido Joven y de su “dueño”, el exGobernador Humberto Moreira, que con él, busca ser diputado local plurinominal (y de paso, como no queriendo, recuperar el fuero) en la inminencia de acabar el moreirato.
Lean con detalle la elocuente carta promocional que el profesor Moreira dirige a los habitantes de Nava Coahuila, en ella ofrece regalos que hacen palidecer a Santa Claus en una Navidad anticipada.
Me dicen que cartas similares (del aludido nada joven, y de su Partido Joven) circulan dirigidas a habitantes de cada uno de los 38 municipios.
Juzguen con su propio criterio…