Ante la saturación de contenedores que otra vez se presenta en China a raíz de las medidas que se han tomado en ese país por la pandemia de COVID-19, representantes de la iniciativa privada anticiparon que la crisis pegará a Coahuila con tiempos de entrega de hasta cinco meses para las empresas locales.
El presidente de la Asociación de Industriales y Empresarios de Ramos Arizpe (AIERA), Sergio Alain Aguilar Guerra, dijo que ante la crisis en Shanghái, se complicará conseguir contenedores y, en caso de ya tenerlos, los tiempos de entrega se pueden ir hasta los cinco meses.
Los componentes que se traen de Asia van dirigidos a diferentes industrias, como es el caso de la automotriz y de electrodomésticos; sin embargo, a raíz de la pandemia algunas plantas trabajan con actividades adicionales para absorber los problemas en la cadena de suministro y alta demanda.
El director de Operaciones de Grupo SIAC, Jorge Alberto del Bosque, estimó que entre mayo y junio se acentuará más la afectación por la saturación de contenedores en China.
Aunque es el único puerto saturado, entre el 85 y 90 por ciento de ese puerto da servicio a la industria automotriz. Mientras que el tiempo promedio para recibir un contenedor es de entre 30 y 40 días, el año pasado el periodo se extendió hasta a 60 días, mientras que los costos por contenedor también se dispararon de los 7 mil a los 15 mil dólares. Actualmente, ronda los 8 mil dólares.
Sin embargo, ante los problemas recurrentes de China, tienen clientes que están buscando proveedores en la India, otros más en México y hay quienes no buscan sustitución de proveedores, sino tener proveedurías alternas en el país, sin sustituir al proveedor chino.
Otra de las medidas adoptadas por las empresas es ampliar sus reservas de seguridad en materiales; anteriormente cubrían de 30 a 45 días, hoy es de 35 a 60 días.
Comercio y vestido los primeros afectados
El director del Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste (IEECs), Antonio Serrano Camarena, indicó que esta situación está afectando al comercio, así como a la industria textil y, en menor medida, la alimentaria y, en el caso de la industria automotriz, estimó que los componentes chinos deben representar menos de un 2 por ciento, aunque sí puede generar alteraciones.
Sostuvo que la industria textil será la más afectada porque quienes producen al por mayor lo hacen en China y una parte importante sale por Shanghái. Al pararse las operaciones portuarias, lo mismo para la distribución de esos productos, la primera afectada será la moda primavera-verano.
Por lo pronto, añadió que no se puede hablar de pérdidas económicas porque apenas está empezando el problema, además se desconoce si hay otros puertos que tengan la capacidad para atender al falta de salida de producto de Shanghái, no se sabe cuánto puede durar el problema y, además, si el mundo puede absorber parte de la producción que China no puede generar.