Un teniente coronel adscrito a la Dirección de Informática de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es el primer militar detenido por hackeo, grupo de activistas “Guacamaya” contra el Ejército mexicano, ocurrido el año pasado.
Se trata de Jesús “N”, un ingeniero militar, fue recluido en la prisión del Campo Militar 1-A en la Ciudad de México.
El militar está siendo acusado por la Fiscalía de Justicia Militar, señala el diario citando a fuentes del gabinete de seguridad federal, de infracción a los deberes militares, en la modalidad de pérdida de información militar.
En el hackeo de Guacamaya Leaks se extrajeron miles de documentos clasificados de la Sedena, entre ellos algunos sobre la salud y actividades privadas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el periódico, se contempla que más jefes y oficiales sean detenidos por el hackeo, como parte de una investigación que inició la Fiscalía militar desde hace meses, a pesar de que el propio Presidente López Obrador descartó que hubiera indagatorias por el hackeo.
López Obrador ha sido ambiguo sobre el hackeo. Por un lado, lo ha desestimado, señalando que la información hackeada no es de gran valor, pero al mismo tiempo ha señalado que el robo de los documentos digitales de inteligencia militar pudo ser producto de un un ataque orquestado por agencias internacionales ligados al empresario Claudio X. González.
En septiembre pasado, el grupo de hackers autodenominado “Guacamaya” que extrajo seis terabytes de información confidencial de los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) apela al feminismo, el anarquismo y la historia precolombina para luchar contra la militarización, la represión y las élites patriarcales que imponen el servicio militar a los jóvenes de la región.
En un comunicado de prensa para dar a conocer su existencia y reivindicar los hackeos a las fuerzas armadas de México, Colombia, Chile, Perú y El Salvador, los integrantes de este colectivo se refieren a los países de América como “estados-nación” que ahora cubren el territorio de la antigua “Abya Yala”, nombre originario que los pueblos indígenas de Panamá y Colombia daban a su propio asentamiento.