Se fractura o lo que es lo mismo, viene el ocaso del dictador coahuilteco y su encargado de negocios versión 3.0.
Tan campante que andaba el príncipe Manolito 1ero, marques del Monterreal, que se sentía en caballo de hacienda y hoy ni para un burrillo manadero le alcanza.
Desinflado, cabizbajo, derrotado antes de la verdadera pelea, el embrión del dictador sonó bofo y se fractura.
En el último tramo de gobierno, la criada sale respondona, y se cobra todas las que le hicieron durante casi 5 años, de soportar los desplantes de Rubén y la hechicera hidalguense, hoy día el Dictadorcete de quinto nivel no ve lo duro, sino lo tupido de su decisión de ir por Hidalgo, confiado que en Coahuila no pasaba nada, por la reserva de su ejército de zombis.
Con lo que no contaba, es que la traición, al decir de Richelieu, era cuestión de tiempo y a través de la remembranza de épocas de compañeros, Riquelme como las cabras, tira para el monte y se reencuentra con sus verdaderos hacedores en la política.
El pretendido destape de Mejía Berdeja como un posible contendiente por Morena a la gubernatura cambio la ecuación del electorado, a tan solo dos días, a través de la encuesta de Masive Caller, usada al igual por el PRI que por los morados, sitúa al otrora distinguido priista con un 32.2% de preferencias solo unos puntos abajo del delfincito que tiene 36.4 y aun no empieza lo bueno.
¿Pero cómo nació este garapiñado en el que se convirtió el proceso sucesorio coahuilense?
Recordemos aquel supuesto pacto que hicieron el gerente y el dictador a inicios del sexenio para que a partir del 2do año de gobierno se le dejara libre a Riquelme de acción.
Sin embargo, engolosinado con el poder y enfermo de ambición, el señor de Las Lomas continúo sojuzgando a la administración actual, imponiendo candidatos a alcaldías, templo de alabanza, magistraturas, organismos autónomos, escuelas y hasta el lugar de asignación de los Oxxo, para acabar rápido.
Dicen los cercanos al orco mayor, que si bien es cierto es una persona alejada del rencor, no así de la revancha y evidentemente estaba esperando el momento oportuno para sacar sus afilados colmillos de experiencia en los secretos del poder de Coahuila, que es un merito que se le reconoce. Salió mas cobrón que bonito y eso es seguro de confirmar.
Todo lo soportó, menos una sucesión adelantada en la que él no llevará mano, porque al fin de cuentas tendrá que responder de los pendientes que dejaron los hermanitos muerte y terror, con sus deudas públicas impagables tanto en hacienda como con los profesores de Coahuila, los esqueletos esparcidos en todo el estado y la matanza de Allende, aun en el tintero.
Eso lo sabia Riquelme, y obvio en afán de protegerse de lo que venga por parte del sucesor, como de la 4T, lo más lógico es que quiera influir en la persona a sucederlo, porque al fin de cuentas se trata de su pellejo.
Sin embargo, Rubén, desde su exilio en las Lomas de Chapultepec, al estilo de la plutarca, seguía elucubrando su estrategia siniestra para que Manolin fuera el encargado de consolidar la cuarta generación Moreirista en el poder o un Maximato de 24 años.
Así, rodeo a el murmullo Chema de funcionarios del príncipe, para que le avisaran en caso de goteos (recordemos que Chema le debe su alcaldía a Enrique Martínez y a los panistas que traicionaron a Tere Romo y por ende es un rival para el delfín; Después amarró a Manolito con los alcaldes sumisos del centro y norte del estado y para finalizar lo colocó como secretario de la dependencia encargada de repartir dinero a borbotones sin fondo de retorno.
Riquelme reaccionó dándole juego a Román Alberto Cepeda, quien si bien es cierto gano limpio en Torreón y es parte de un poderoso grupo lagunero, no pudo consolidar su imagen en el tiempo en que fue secretario del Trabajo, a pesar de su buena labor conciliadora.
En eso estaban cuando desde la 4T, mandan a Mejía Berdeja, una rola por el short stop, de esas que ni Lupe Chávez, en sus mejores tiempos atrapaba.
Compañero de lucha desde épocas juveniles, parte del grupo de La Burbuja que rescató La Laguna para los Moreira, socio de negocios al amparo del poder y coincidente en pensamiento y acción con Riquelme, será difícil separar al amigo del contrincante y ahí la posible jugada maestra del actual gerente de negocios, para salvar la honra y en una de esas librar la cárcel.
Pero veremos en la segunda entrega como queda esto.