“A veces se olvida porque el recuerdo duele y hay que creer que lo ocurrido nunca ocurrió, se olvida lo
más importante porque puede ser lo más doloroso”.
Carlos Fuentes. Escritor mexicano (1928-2012).
Dicen los que saben, que hay que cerrar ciclos y olvidar aquello que nos hizo daño. El caso es que, en mi humilde opinión, hay situaciones que deberían quedar en el baúl de los recuerdos, para que cuando se necesiten utilizarlos adecuadamente. Y no es que quiera amargarme la existencia con cosas negativas. ¡No! Al contrario, evocar esas situaciones, nos valdría para castigar a los culpables, ser mejores y/o no caer en los mismos errores (Ay, me acordé de una canción).
Bueno, el caso es que suceden infinidad de cosas graves y extrañas a nuestro alrededor, sobre todo en la política y con los políticos, y pareciera que, con el paso de los años, se borra todo el USB (porque si digo casete, me ventaneo).
Verbigracia:
Caso Paulette: por la recámara de ella pasaron empleados, amigos y parientes de sus padres, expertos, perros entrenados en buscar personas perdidas; allí se reconstruyó varias veces la desaparición de la niña de cuatro años, su madre ofreció entrevistas, ahiiiii en la recámara…8 días después encontraron su cadáver atorado entre el colchón y una estructura de madera al pie de su cama y nadie se había percatado. ¡Ah! Fue muerte accidental.
Caso Ayotzinapa: Se refiere a la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en la cual la misma policía participó en la detención, traslado y entrega a miembros del grupo criminal Guerrero Unidos, quienes los transportaron en camionetas hasta una brecha junto al basurero de Cocula, donde “como si fueran leña” pusieron los cadáveres de los muchachos, luego los rociaron con gasolina y diésel y les prendieron fuego. Según los implicados dicen que el fuego estuvo vivo aproximadamente 14 horas. ¡Pero, nadie vio nada!
Caso Tlatlaya: En un inicio se manejó sólo como un enfrentamiento entre militares y delincuentes en el que murieron 22 personas dentro de una bodega en el municipio de Tlatlaya, estado de México, pero el asunto fue más allá, se trató de una ejecución a manos de soldados en clara violación a los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas. Los hechos no han sido esclarecidos en su totalidad.
La casa blanca mexicana: ¿Se acuerdan de la casita blanca de Angélica Rivera? Dicha residencia valuada en 86 millones de pesos y su conexión con Grupo Higa, una de las empresas que ganó la licitación del tren México-Querétaro y que después se la quitaron (la licitación).
Deuda de Coahuila y de otros estados:
Según el IMCO, las cinco entidades con el mayor saldo de deuda son el Distrito Federal con 65.8, Nuevo León con 56.0, Chihuahua con 41.3, Veracruz con 37.4, Coahuila con 36.7 y el Estado de México con 32.9, todos en miles de millones de pesos. Y ahí les va… usted, mis hijos, la vecina y el vecino… todos y cada uno de este sonriente y energético estado, debemos nada más y nada menos que maaaaas de 12,000.00 pesos, o sea estamos en el nada honroso primer lugar en deuda per cápita en el país. (Pero aquí no pasa nada).
También me acuerdo de cosas positivas como que al finalizar la administración de Enrique Martínez y Martínez la deuda era mínima. (Nada comparada con la de hoy). ¡Ay, me acordé de ooootra canción!
Los temas seguirían y seguirían, el detalle diría nuestro querido Cantinflas, es hay que tener memoria, sino caeremos constantemente en las mismas equivocaciones y todo lo sufrido de nada servirá. ¡Aprender de los errores es correcto, olvidarlos no! Ahora si déjenme cantar una canción, que me trae bellos recuerdos: “Se me olvido que te olvidé y como un niño me encontré entre las sombras escondido y la verdad no sé por qué, se me olvido que te olvideeee…a mí, a mí, que nada se me olvidaaaa” ¡Feliz domingo! ¡Abrazote de oso!
¡Se me olvidó que te olvidé y…!