Nuevo gobierno, nuevos perfiles:
El Profesor Moreira arribaba resuelto a la Secretaría de Educación Pública del Estado, Oscar Pimentel Gonzlaez (nacido en el emblemático San Pedro de las Colonias) llega a la Presidencia Municipal de Saltillo. El profe hace de nuevo sus manejos y rescata al hermano rezagado y lo promueve a la Secretaría del Ayuntamiento de Pimentel (ni era premio para el desangelado Rubén, ni era gratuito). Todo sí, parte del “Plan Maestro”.
Formado por el duro y frío político veracruzano, Fernando Gutierrez Barrios (acostumbrado a mandar), a Pimentel no le agrada la imposición, negociada en las altas esferas estatales. El trato al “abogado”, por el novo Alcalde, se torna despótico (quizás desde ahí y en venganza ajena, padecemos ahora la soberbia y los desplantes rubeniles).
La cacería empezó: El profe se dedicó a enamorar al magisterio, a amarrar sus hilos, sin suponer que en el segundo piso de Palacio, “una firma que quería gobernar”, hacía lo propio. El mandado (Rubén, que ya entonces apodaban “el fachas”, porque llegaba al trabajo tarde y con la camisa desfajada y sin una chamarra que lo vistiera, menos un saco extra grande, a diferencia del Alcalde, elegante y deportista, puntual aun llegando de correr) debía allanar el camino a la Presidencia Municipal para su adelantado hermano menor. El profe tenía planes, el abogado que dicen que no es, los cumplía.
Los allegados cuentan que las diferencias íntimas entre los hermanos eran profundas, que vienen desde que eran adolescentes inquietos; explorando la vida. Un celo o desencanto había entre el inseguro Rubén y el “sinembargo de Humberto”. No soportaba compartirlo; era solo de él (debía someterlo). Y sin embargo, debía obedecerlo ciegamente; era el mago del Plan de futuro. ¿Qué hondas circunstancias rondan ese posesivo afán? Y quién lo diría, la vida y el dinero, los unirían para siempre. Los temas financieros y los modos de conseguir el poder, los haría cómplices a pesar del pasado.
El hermano mayor quería serlo (mayor, y lo era en edad, aunque solo en ello), y no le perdonaba en silencio, que le mandara y rescatara en cada tanto. Familiares dolidos y amigos en el abandono, nos han contado tantos “Secretos de Familia”, unos tan elocuentes que, aunque se trate de decirlos, abríamos de tener recato en ventilarlos;… son tan fuertes, ¡Ya será!
El paso uno, del Plan. Desarticular grupos políticos (desde entonces) y tejiendo fino, conformar un nuevo equipo de mapaches y líderes. Desde el estado y en el municipio de Saltillo, el profe lideraba y Rubén ejecutaba. La Laguna les fue vetada por Raul Sifuentes Guerrero. El gobernador (Enrique Martínez y Martínez, político maduro y experimentado tenía sus planes ocultos, pero sucumbía ya al escarceo del profe); era un espectador solamente, uno que disfrutaba del escenario.
Alejandro Gutiérrez Gutierrez, tenía un pacto y lo creía seguro. La gubernatura también era su anhelo.
El trabajo del profe se empezó a poner difícil.
Sifuentes Guerrero armaba sus conectes por todos lados. Javier Guerrero García (otro sanpetrino en el esquema, otro lagunero en el ajo, aunque muchos en Torreón no vean a San Pedro como Laguna), a la sorda, usaba las finanzas para congraciarse con el mundo polaco. Pimentel, también se siente galán y con patas de jinete, con mucha habilidad se acerca al gobernador. Le motiva aplausos y vivas en cada evento que el mismo fraguaba. Lo de pretender ser gobernador estaba siendo ya una pandemia. La coneja movía sus relaciones con La IP local (ésta, ya empujaba al mandamás quien era parte de ella, para sus propósitos de un empresario gobernador).
Su hermano Rubén empezaba a ensoberbecerse en el municipio y las quejas de los amigos empezaban a molestar al profe.
“No nos recibe, no resuelve, ya se peleó hasta con Mario Morales quien controla el Sindicato, y pelearse con Morales Rodriguez es prácticamente imposible, es un negociador nato”.
Pero como bien se repite, en ese terreno de sacar a la gente de sus casillas, “Rubén es campeón”.
3.5