…¿Peleados los hermanos Moreira? Es la pregunta que flota, (como flota tanta inmundicia de las cloacas abiertas), y son las reiteradas respuestas; tan convenientes, las de que… sí. ¿Solo Riquelme o también Jericó, con ellos ganan, (continúan el desfalco y el desquicio criminal), y Anaya, que rol juega?
La intimidad de la familia Moreira, en esa casa humilde de maestros (repleta de lúgubres recintos espaciales: de política, de ideologías, de pasiones ocultas ), tiene claroscuros. Dice la señora Isabel Arvide (en este gran libro “Entre Políticos y Rufianes”, y lo dijo en el anterior, (también un documento de consulta), “Mis Generales”; o quizás repite a imitación del coro dirigido, “que Los Moreira, Humberto destacadamente, fueron educados para ver en Rubén, al padre fallecido pronto. A obedecerlo ciegamente y a respetar sus decisiones”.
Y, sí hay sumisión, y la había. Y sí, hay dominación y la hubo. Pero es claro que hay y había complicidad y propósitos de enriquecimiento rápido. ¿Qué ha cambiado de aquellos jóvenes y sus afanes, de esos hermanos aliados en la ruta por la gubernatura; de aquellos socios en el sexenio de la gente y de estos, enzoquetados consanguíneos, tapados con la misma cobija y el mismo edredón (de los muchos miles que se cobraron y, que calientan sin existir siquiera; que son “cobijas fantasma)?
¿Ese Humberto, solo un muñeco de trapo frente a Rubén, eso fue y eso es; Rubén piensa, el gordo hace y deshace, fachas pacta, cobra y decide, las maletas y las suburban retacadas, solo se estacionan en la mansión de San Alberto ahora, y en Bugambilias ayer, o la muralla verde en Lomas de Lourdes amplió el estacionamiento y las bóvedas subterráneas, para hacer espacio?
Que los hermanos están peleados es tanto como que nadie supo que aquí (en Coahuila y en el Moreirato) “era y es casa de Los Zetas”, o que el crimen está de regreso y domina a Coahuila totalmente (hoy, en octubre del 2016), o que la corrupción de Villarreal, de Ismael Ramos, de Jorge Torres, fue a espaldas de Los Moreira. Que las fortunas son solo peculado y no hay dinero sucio o ya lustrado. Que los contralores, secretarios de gobierno, procuradores, fiscales, rectores y jefes de prensa, no pasaron a mejor vida sin morirse, se enriquecieron rápida y burdamente.
La forma de gobernar, el mando unilateral, la hegemonía estridente y la actitud de asusta ilusos, esa, quizás y solo quizás, es distinta entre Los Moreira.
No solo el profe y fachas se aventajan con la MegaDeuda y el erario transexenal: El Magisterio, sus nóminas, fondos de pensiones, estructura y construcciones todos esos miles de millones; “le fueron regalados a Carlos Ariel, (para repartir). El INEDEC, la nómina, las compras (los arcos y las fechas, en Guadalajara y en Texas), y la danza de los millones; las damas que juegan y hasta las que mandan, todo. Y la millonaria lana de la operación política semanal en el PRI, se le “compartieron” generosamente a Álvaro (para repartir).
Las ex esposas y las esposas gozan del erario, de directores para arriba, (pues que creían). Y las que nunca fueron y “los que tampoco serán”, todos cobran. Y algunos hijos y hasta las generaciones precedentes. Todos son beneficiarios del desmadre financiero.
Dicen que “hasta la sombra te abandona cuando estás en la oscuridad”, así el barco empieza a hacer agua, y las ratas a saltar de embarcación. Coahuila no está fuerte ni su prestigio subsiste. La fuerza sí, subyace porque es histórica y por qué la estirpe nos empuja. Pero somos tratados como retrasados y, nos comportamos como rendidos.
Un Moreirato de cómplices y bandidos. Un Moreirato de afanes oligárquicos y dictatoriales. Un Moreirato que ha sumido al estado en la desgracia política y en la inanición financiera. Un Moreirato de crimen y de castigos, pero solo para beneficio de ellos… Los Moreira. ¿Y sueñan con salir limpios y amenazan con competir, y dicen poner al sucesor? Ellos abusando y el pueblo, conformado. ¡NO!
Nuestro fenotipo de gente bien nacida, grita aviso de guerra. Porque el genotipo coahuilteca trae del indio guerrero: lo indómito en la sangre, y la emancipación en el alma.
Continuará…
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