Jesús Torres Charles se iba convirtiendo en la tercera pata del trípode infernal (operado por el gordo fachas)… Javier Villarreal Hernández iba tomando rápidamente las riendas del dinero, Vicente Chaires incursionaba en los negocios, locales y texanos. Y Torres Charles sometía al titular de seguridad pública, Fausto Destenave Kuri, para hacerse de todo el paquete: Justicia, seguridad y control del crimen.
Rubén el gordo, era un mandado del profe. Pero, tan sagaz como desleal con su propio hermano, daba poder a sus incondicionales. Su trabajo era el sucio, el subterráneo, “la lavandería” de los temas ocultos. Entonces Javier Villarreal le servía de cuña con jorge Torres López. A Jorge lo requerían para construir las culpabilidad posterior y un empresario con apellido emblema, al que su estirpe habría de salvar. Que se degradaba y encharcaba en el fango financiero. Y ríanse pero Jorge ni cuenta se daba de como el gordo operaba a través de Villareal y de Marucha, a sus espaldas.
Chaires adquiría propiedades en el centro de Saltillo para poner museos y cobrar las rentas mes tras mes, año tras año, sexenio tras sexenio (el dinero fácil, los museos nacientes y las rentas, puntuales). Radiodifusoras, fraccionamientos, cadenas televisivas. Las sociedades con los hermanos Gonzlaez Treviño, comenzaban. RCG era una cosa y Rolando otra. Uno era socio y el otro, fue usado y reventado (pero terminó de testigo protegido y hablando. El otro, conspirador en turno qurellal).
El más fiel entonces al gordo era sin duda Jesús Torres Charles. Este operaba algunas cosas especiales vía su hermano Humberto Torres Charles. Rubén, lo incrustó temprano en la Procuraduría. Pero el profe les puso de cuña a su amigo Fausto Destenave Kuri, y ello les estorbaba el avance (desde entonces ya les gustaba eso de que “Coahuila avanza”, y como no, si los dividendos financieros eran extremos.
(En agosto del 2012 había escrito en su libro MIS GENERALES, la periodista Isabel Arvide: “Que no tuviéramos éxito, no fue nunca nuestra responsabilidad. Al tiempo llegó la orden de aprehensión girada por la SIEDO para el mismo hermano incómodo del Procurador Torres Charles, quien a mediados del 2012, sigue prófugo de la justicia, y que ha sido identificado como protector del los Zetas. Es decir, como todo lo que un día señalamos, juntos, Barreda y yo”.
(“Cuanto se hubiera ahorrado Humberto Moreira si nos hubiera escuchado. Cuánto se habría salvado en Coahuila. Página 226. Apuntes sobre el general Gonzalez Barreda”). Isabel Arvide Limón. Termina la cita.
La señora Arvide habría jugado un rol importante en Coahuila. Fue buscada para usar sus influencias castrenses, para enlazar con los generales en retiro. Un programa especial de militarizar las áreas estratégicas del mando policial y de penales y similares, fue construido. Los obstáculos con los que se toparon los militares y el esquema de Humberto Moreira, fue denunciado en su momento por la periodista. La ruta de los “tantos millones” que tenía que ver con “la seguridad y la justicia”, no casaba con el programa militar. El gordo fachas lo sabía. El gordo lo reventó vía Torres Charles.
Pasado el tiempo Rubén ha dicho (y está grabado), que Humberto sabía todo, que el programa militar fue un ardid. Que nada se hacía sin él, aunque los esbirros fueron: Rubén como capitán; Torres Charles como enlace con los mafiosos, Villarreal y Monsiváis Guajardo como “clarificadores del dinero” y Chaires como comprador. Pero que el profe era el gobernador y mandaba, y sabía… y complacía.
Ismael Ramos debía ir limpiando expedientes, despistando huellas y certificando con su nombre (limpio hasta entonces, luego ya no), el horror financiero y la salida del dinero fácil. El otro dinero, se suponía lo despistarían otros, pero no se podía. Ismael entró al quite en “la limpieza y clarificada”. (A la postre se explica cómo controla el SATEC y luego la secretaria de finanzas). La ruta del dinero, de uno y del otro; y los conspiradores.
Continuará…
4.5
2