Capitulo XXV, un capítulo importante, uno que recordaremos juntos, al paso de los días. Uno que define y explica cosas de fondo, de los fondos. Este relato de episodios familiares (desde el poder), es un parteaguas. De una trama pletórica de asegunes, de promiscuidades y de complicidades; de una que no acaba, aun. Una emblemática, dijo el gordo fachas al regresar a su Valle de las Flores (más gordo y siempre fachas, aun con “Brooks Brothers” como fatuo disfraz).
(La mansión millonaria en el exclusivo sur de la ciudad donde se erige San Ángel, en el emblemático Pedregal de San Ángel, ahí donde se pagan decenas de miles de pesos solo por el metro de terreno y tiene cientos, y muchos millones por las construcciones ostentosas; se erige la propiedad donde se esconde, recoge y salvaguarda, el señor ex Fiscal Especial de Coahuila, el abogado Jesús Torres Charles). Bastaron tres cargos: Secretario del Ayuntamiento de Saltillo, Procurador de Justicia y Fiscal Especial del estado; luego ya el dinero no es problema para varias generaciones. ¿Imaginan lo que les sabe Jesús a sus patrones? Y aclaro: cuando digo patrones, me refiero a Los Moreira; no vayan a pensar que algún detenido al que se niega, y sobre todo, a otros detenidos y ausentes, a los que ahora se ignora, también.
Las tres encomiendas: con aguda intención, con órdenes subterfugias, con acciones punibles, las ejerció Torres Charles bajo el mando de Humberto Moreira Valdés (Alcalde y Gobernador, en su momento) y sometido a las órdenes de su patrón; el gordo fachas (poder tras el trono y encargado del negro quehacer). Y todo para amasar, en 9 años, una fortuna personal mil millonaria, de la que solo una migaja se desprendió para adquirir el envidiable bunker, la portentosa “Mansión del Pedregal”, en la hoy Ciudad de México. Antes DF.
Cuando se habla de acciones punibles implica que “hay punidores”, (aquellos que están obligados a aplicar puniciones), pero que son los mismos que lo mandaron; que lo llevaron al cargo, que lo incursionaron en los enlaces criminales, en esos de los que habla la periodista Isabel Arvide Limón en su libro “Mis Generales”. Ahí donde aparece coludido Humberto, el otro Humberto, el otro hermano Humberto, el de Torres Charles.
Ese hermano, al que dictan orden de aprehensión desde la SIEDO (cita textual: “El Fiscal Torres Charles me amenazó de muerte ante mi insistencia en señalar la complicidad criminal de su hermano, hoy también prófugo de la justicia federal”. Página 51, resumen del general Bibiano Villa Castillo. MIS GENERALES. Isabel Arvide). Ese al que se sabe que “han querido victimar y sacar del juego tantas veces”, al que el mismo hermano le ha dejado caer toda la culpa. A como se parecen las historias, esas de hermanos que se la dejan caer, uno al otro; para luego (en hablando de dinero y exculpas) se fundan en abrazo y beso. ”Los Moreira y Los Torres Charles, dos historias indisolubles”.
El término impunidad viene precisamente de no aplicar las puniciones. Pero díganme como sucederá si: los jefes son quienes ordenaron los actos y la colusión. Si los contralores de ayer y de hoy, no ejercerán su responsabilidad porqué son mandados; aunque la culpa los persiga (a ellos), por cómplices y tapa cloacas. ¿Ven apoco, a Ismael Ramos, a Marucha Monsiváis (contralores de Humberto), y ahora a Jorge Verastegui o a Cabello Gutierrez, levantando un dedo contra ellos? Por el contrario, todos van siendo “premiados y metidos al negocio grande” para que resulten tapaderas y culpados.
El cinismo de Los Moreira es magno, y la miopía de estos achichincles, es tan enorme como su golosina. De las contralorías a las tenebrosas finanzas (blanqueadero profesional) y a la corrompida salud (nido de componendas y desfalcos a costa de la salud de la gente pobre), o al basto y saqueado sector educativo (nómina familiar e inagotable fuente de millones y millones distraídos) y entonces…a perder, y a esconder el dinero negro, limpiado con el gris y con el blanco, (ese de tantos impuestos y de las participaciones federales; que, blanco blanco, habría que ver).
Años pasarán para poder descifrar tanta pudrición y tanto enredo. Y luego lloran y se hacen los ofendidos, cuando se han prestado para todo tipo de indecibles crímenes políticos y financieros. Se extrañan de aquel Villarreal ensoberbecido, adinerado en minutos y cómplice de tantas irregularidades, pues vean a los de ahora, la única diferencia es” la nueva forma de gobernar”. La robadera es igual o peor, la cloaca ya se rebasa de excremento transexenal y la herencia será maldita. Pero el dinero se les nota a ellos a distancia, igual que lo pendejo se nos nota a la sociedad. Todo es notado a kilómetros, al norte y al sur, y más allá del Bravo, y allende los mares.
La MegaDeuda es por ellos también y ya debemos muchos miles de millones más. ¡De todos es la deuda (por sexenios en delante) pero solo de ellos, el beneficio!
Continuará…